Traducido por el equipo de SOTT.net

La "ciudad de 15 minutos" ha saltado a los titulares este mes, impulsada por la polémica sobre los planes del Consejo del Condado de Oxfordshire, en el Reino Unido, de poner a prueba "filtros de tráfico" para reducir el uso del coche como parte de la estrategia de desarrollo de la ciudad de Oxford para 2040.
15 minute city
Según el plan de filtros, Oxfordshire se dividirá en seis distritos. A partir de 2024, los residentes podrán conducir dentro de sus barrios, pero cámaras de reconocimiento de matrículas multarán con 70 libras a los coches particulares que pasen un filtro sin un permiso. Vehículos como las bicicletas y el transporte público estarán exentos.

Los residentes podrán solicitar un permiso para cruzar los filtros hasta un máximo de 100 días al año, y los residentes que vivan fuera de las zonas podrán solicitarlo por un máximo de 25 veces al año. Los filtros funcionarán todos los días desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde.

La administración del condado afirmó que el plan no pretende coaccionar a los residentes para que permanezcan en sus barrios, sino abordar la congestión del tráfico "haciendo que los desplazamientos a pie, en bicicleta, en transporte público y compartido sean la primera opción natural".

Los detractores del plan reunieron miles de firmas en peticiones de oposición. El plan suscitó también varias protestas, con declaraciones de trabajadores locales en la prensa.

A los trabajadores preocupados, que atraviesan varios distritos a diario para ir al trabajo, el ayuntamiento les sugirió que utilizaran una ruta menos céntrica, como las circunvalaciones fuera del centro de la ciudad.

Los críticos comunitarios señalaron que esta solución añadiría tiempo y contaminación, en contra del objetivo del plan de luchar contra el cambio climático.


Comment: Esto les puede costar más combustible.


El conflicto en torno al plan se hizo internacional. Figuras polarizadoras como el autor de bestsellers Jordan B. Peterson tuiteó que el plan era la "peor perversión imaginable" de la idea de que las ciudades deben ser transitables a pie, y Piers Corbyn acudió a una reunión del Ayuntamiento de Oxford para protestar. Los concejales denunciaron haber sido acosados.

Los principales medios de comunicación, como The Guardian, Reuters, PolitiFact, USA Today, The Times y la BBC, se sumaron al apoyo a la política local y desacreditaron la disidencia calificándola de "teoría de la conspiración", señalando algunas afirmaciones exageradas en Internet de que se confinaría a la gente en sus distritos por la fuerza.


Comment: Ah, sí, y también son homófobos intolerantes y racistas.


Pero el concepto de ciudad de 15 minutos ha despertado una gran inquietud pública más allá de Oxford, sobre todo entre el creciente número de personas preocupadas por las propuestas políticas promovidas por el Foro Económico Mundial (FEM) que implican la aplicación generalizada de políticas medioambientales y urbanas verticalistas, como se ha visto en Twitter, en numerosos artículos y en vídeos.

Los miembros del FEM debatieron muchas de estas políticas en la reunión de enero en Davos.


¿Qué es la ciudad de 15 minutos?

Durante los confinamientos por la pandemia de COVID-19, los principales medios de comunicación, urbanistas, la ONU y promotores inmobiliarios -muchos de ellos vinculados al FEM- empezaron a promover la ciudad de 15 minutos, una nueva propuesta urbanista según la cual las ciudades se rediseñarían en microciudades descentralizadas donde la gente pudiera satisfacer sus necesidades de vida, trabajo y ocio a 15 minutos de su casa.


Comment: No tendrás nada ni irás a ninguna parte, pero SERÁS feliz.


El término fue acuñado por el profesor de la Universidad de la Sorbona Carlos Moreno, también conocido como pionero de la "ciudad inteligente", una urbe dotada de una amplia capacidad de vigilancia digital mediante inteligencia artificial (IA).

Moreno popularizó por primera vez la idea de la ciudad de 15 minutos, a menudo vinculada a la ciudad inteligente, en una charla TED de octubre de 2020.

Los defensores de la ciudad de 15 minutos afirman que el concepto de barrio autosuficiente es antiguo y que es como se imaginaban las ciudades antes de los coches.

De eso se trata en gran medida, según los defensores del concepto, que argumentan que reducir las emisiones de carbono para frenar el cambio climático es la esencia del concepto de ciudad de 15 minutos.

¿Reconstruir [las ciudades] mejor?

En marzo de 2021, The Guardian informó de que los confinamientos provocaron un descenso sin precedentes del 7% en las emisiones de carbono en 2020, al menos en los países de renta alta. El artículo advertía que, cuando terminaran los confinamientos, se produciría un rápido repunte en los índices de emisiones.

Según la doctora Corinne Le Quéré, autora del estudio citado en el artículo y colaboradora del FEM, sería necesario un descenso equivalente de las emisiones cada dos años para mantenerse dentro de los límites seguros del calentamiento global.

El doctor Dave Reay, catedrático de Gestión y Educación sobre el Carbono de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, declaró a The Guardian que incumbía a los países "reconstruir mejor", un lema del FEM.

Distintos agentes mundiales empezaron a proponer la ciudad de 15 minutos como el camino para lograrlo: "reducir las emisiones y mejorar la calidad de vida de los residentes", según lo formuló la United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC).

El Instituto Aspen organizó una mesa redonda sobre este concepto. La pandemia había creado una oportunidad, argumentaron, para rediseñar las ciudades:
"La innovación suele nacer de las crisis, y la evolución de las ciudades no es una excepción a esa regla. Los urbanistas, promotores, líderes cívicos y empresarios tienen una oportunidad para aprovechar este momento de incertidumbre durante la pandemia COVID-19 y reimaginar la vida urbana."
Mike Haigh, entonces director ejecutivo de la consultora Mott McDonald y ahora presidente del Grupo de Gobernadores de Industrias de la Infraestructura del FEM, intervino en septiembre de 2021 en un panel del FEM sobre la ciudad de 15 minutos:
"Creo que COVID ha marcado la diferencia. La gente habla de las pandemias como de grandes aceleradores de tendencias que ya se estaban produciendo. Si piensas en la emergencia climática... todas estas cosas se han acelerado en los últimos 18 meses, así que eso es bueno porque creo que hay un verdadero impulsor para la ciudad de 15 minutos."
La UNFCCC de las Naciones Unidas propuso el concepto como un poderoso modelo de "vida post-COVID" para ayudar a alcanzar los objetivos climáticos del Acuerdo de París.

Y en marzo de 2022, el FEM publicó un artículo en el que argumentaba que el modelo sería fundamental para hacer frente a las crisis provocadas por "el cambio climático y los conflictos mundiales".

La pandemia dio una nueva relevancia a la idea, dijo Lisa Chamberlain, autora del FEM, refiriéndose a los confinamientos.

Advirtió que poner en práctica la idea exigiría sacrificio, o "destrucción creativa provocada por una revolución técnica", pero que las ciudades que no se rediseñen de este modo "pasarán grandes apuros".

Chamberlain situó las raíces de los principios de la ciudad de 15 minutos en el concepto decimonónico de "eutopía", según el cual una ciudad es un "buen lugar" sin "salarios de dinero".

Medios de comunicación y blogs universitarios de investigación de todo el mundo han publicado artículos sobre las ventajas de la ciudad de 15 minutos e incluso han abordado algunas posibles críticas.

Por ejemplo, aunque la imagen de "vivir-trabajar-jugar" de la ciudad de 15 minutos puede evocar ideas de la élite económica, planificadores como Robert Steuteville sostienen que, de hecho, las personas con rentas bajas son las que más se benefician de la proximidad de los servicios.

¿Quién está detrás de la promoción de la ciudad de 15 minutos?

La mayoría de los artículos presentan la ciudad de 15 minutos como un movimiento, una idea de la gente que surgió de la pandemia, pero sus datos son en gran medida autorreferenciales.

El artículo de Chamberlain en el FEM presentaba un análisis de tendencias de búsqueda en Google como prueba de su afirmación de que la idea era "algo más que una moda", afirmando:
"La ciudad de 15 minutos pasó de ser algo 'deseable' a convertirse en un grito de guerra. [...] La pandemia creó una urgencia en torno al urbanismo equitativo que dejó de lado las discusiones sobre los carriles bici y otras 'comodidades' que han irritado a las comunidades durante años."
Los principales medios de comunicación, como Forbes, se refirieron al artículo del FEM como una prueba de este nuevo movimiento.

Un artículo publicado la semana pasada por el Instituto de Recursos Mundiales lo calificó de "movimiento global", citando pruebas de que alcaldes de todo el mundo están instituyendo planes para una ciudad de 15 minutos.

La idea es muy promovida por organizaciones de planificación como el Congreso para el Nuevo Urbanismo.

Los esfuerzos para poner en práctica la ciudad de 15 minutos están impulsados en gran medida por el C40 Cities Climate Leadership Group, formado por 96 alcaldes de ciudades de todo el mundo, financiado por grandes empresas y fundaciones filantrópicas y centrado en el activismo urbano en favor del cambio climático.

El grupo fue fundado en 2005 por el alcalde de Londres, y en 2006 se fusionó con la Iniciativa Climática Clinton.

C40 Cities también colabora estrechamente con el promotor Arup Group, una organización afiliada al FEM, para crear planes de desarrollo que remodelen edificios "sostenibles" o "cero emisiones netas" con el fin de abordar el problema del cambio climático.

En julio de 2020, el grupo publicó un marco de trabajo para que las ciudades "reconstruyan mejor". La organización promueve el modelo de la ciudad de los 15 minutos como una nueva hoja de ruta para un mundo pospandémico.

En septiembre de 2022, C40 Cities anunció su asociación con un constructor, Nordic Real Estate Partners -empresa danesa de promoción inmobiliaria con 18.000 millones de euros en activos- y ONU-Hábitat para realizar "pruebas de concepto" de las políticas de "ciudad de 15 minutos" mediante la ejecución de proyectos piloto en barrios de al menos cinco ciudades.

Ciudades como París, Madrid, Ottawa, Seattle, Milán y Vancouver figuran entre las que han declarado planes para transformar sus urbes en un modelo de ciudad de 15 minutos.

Melbourne ha adoptado un plan estratégico a largo plazo para barrios de 20 minutos.

Recientemente, el nuevo alcalde de Cleveland (Ohio) anunció, con el apoyo del departamento de desarrollo de la ciudad, un grupo de defensa de la bicicleta y promotores inmobiliarios, que la ciudad está "trabajando para ser la primera ciudad de Norteamérica en implantar un marco de planificación de ciudades de 15 minutos en el que las personas -no los constructores, sino las personas- estén en el centro de la revitalización urbana".

Otros ayuntamientos del Reino Unido también han anunciado que estudiarán o aplicarán planes de ciudades de 15 minutos.

Una ciudad peatonal con servicios cerca de casa, ¿cuál podría ser el problema?

En un reciente episodio de "The Corbett Report", James Corbett dijo:
"Hay que reconocérselo a los planificadores tecnócratas del pretendido estado tecnificado. Son maestros en tomar ideas que, separadas de todo el contexto en el que las ponen, podrían ser una buena idea.

"De hecho, si yo fuera a crear una comunidad intencional, probablemente querría crearla en torno a la idea de que todo es accesible y está cerca y no necesitas depender de una gran infraestructura para conseguir tus comestibles que vienen del otro lado del mundo.

"Sí, tener una ciudad de 15 minutos, suena bien".

El problema, dijo, es que el concepto no se basa en los principios democráticos de la gente decidiendo en común o poniéndose de acuerdo sobre una idea.

"No, estamos hablando de ayuntamientos que empiezan a tomar el control y a arrear a la gente dentro de espacios cuidadosamente controlados", dijo Corbett.
Algunos planificadores, incluso dentro de la escuela de pensamiento del nuevo urbanismo, vinculan el concepto a la historia de los enfoques urbanísticos verticalistas que excluyen a los marginados.

En la conferencia CityLab 2021, organizada por Bloomberg Philanthropies y el Instituto Aspen, Jay Pitter, un diseñador urbano con sede en Toronto, comentó:
"Soy un defensor de lo hiperlocal, ya que sin duda necesitamos ciudades más resilientes y resistentes al cambio climático. [...]

"Sin embargo, soy reacio a este concepto. No tiene en cuenta las historias de desigualdad urbana, impuestas intencionadamente por enfoques de planificación tecnocráticos y coloniales, como los barrios segregados, la profunda desigualdad de servicios y la vigilancia policial discriminatoria de nuestros espacios públicos."
Pitter afirmó que muchas comunidades marginadas se oponen a ideas como esta porque conducen a un mayor grado de marginación.

Incluso Richard Florida -quien acuñó el concepto de planificación de "ciudad creativa" que impulsó la gentrificación en todo el mundo durante la última década- advirtió que los planes de ciudades de 15 minutos en las principales ciudades de todo el mundo tendrían más probabilidades de exacerbar las desigualdades existentes que de resolverlas.

Moreno ha reconocido que las distancias que la mayoría de las personas de clase trabajadora deben recorrer para ir a trabajar suponen un reto importante para la ciudad de 15 minutos.

Y luego están los propios ciudadanos.

Politico informó de que la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha sido alabada internacionalmente, ganando premios por su liderazgo en la lucha contra el cambio climático e incorporándose a la lista de Time de las 100 personas más influyentes en 2020.

Pero se enfrentó a la reacción de los parisinos, que la acusan de destruir el patrimonio de la ciudad y perturbar sus vidas al apoyar el concepto de ciudad de 15 minutos.

Los analistas críticos del programa en Oxford expresaron su preocupación por el concepto en general. Advirtieron que la inspiración del concepto en los confinamientos, que fueron responsables de una devastación social y económica generalizada y de nuevas formas de control social, debería ser preocupante.

Señalan que, aunque el concepto de "confinamiento climático" suena "ridículo", artículos en publicaciones como el de la BBC "How '15-minute cities' will change the way we socialise" ("Cómo las ciudades de 15 minutos cambiarán nuestra forma de socializar"), que celebran la vida bajo confinamiento y la vinculan a los beneficios climáticos, despiertan sospechas.

Otros han dicho: "Las ciudades de 15 minutos que nos están vendiendo se parecen mucho a una excusa para más control".

Corbett argumentó que el concepto de ciudad de 15 minutos forma parte de un plan maestro:
"La gente es hacinada en estas ciudades de 15 minutos para que, cuando los amables amos de la tecnología te lo permitan, puedas viajar de una pequeña ciudad de 15 minutos a otra, si tu puntuación de crédito social es lo suficientemente alta".

"Esto no se trata de salvar la tierra como he dicho 8 millones de veces [...] Esto es exactamente cómo ellos crean la infraestructura para los confinamientos climáticos del futuro ...

"Se trata de esa visión a largo plazo del futuro en el que seremos hacinados en estas pequeñas ciudades".

"Confinamiento climático" es otro término a menudo tachado de "teoría de la conspiración" en los principales medios de comunicación.
Pero varias organizaciones, entre ellas el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), han hecho circular la idea de que el "confinamiento climático" podría ser necesario durante varios años.

Promocionaron un artículo escrito por la profesora del University College de Londres y colaboradora del FEM Marian Mazzucato, Ph.D., en el que sugería que podría ser necesario aplicar "confinamientos climáticos" para hacer frente a la inminente "emergencia climática".

El WBCSD es socio del Grupo Arup, afiliado al FEM, y cuenta con su apoyo. Arup y el C40 colaboran desde hace más de una década en su proyecto de rediseñar las ciudades. La ciudad de 15 minutos forma parte de ese proyecto.
Brenda Baletti Ph.D. es periodista de The Defender. Escribió y enseñó sobre capitalismo y política durante 10 años en el programa de escritura de la Universidad de Duke. Es doctora en geografía humana de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y tiene un máster de la Universidad de Texas en Austin.