Traducido por el equipo de SOTT.net

Censores Woke han destruido las muy queridas obras de Roald Dahl.
Roald Dahl.
Roald Dahl
Un grupo de "lectores de sensibilidad" de la editorial Puffin Books ha revisado minuciosamente sus libros clásicos, eliminando la escritura vívida y oscuramente divertida que cautivó a tantos de nosotros cuando éramos niños, sustituyéndola por trivialidades insípidas y woke y por descarada propaganda.

Si su reacción ante esto es una rabia ciega, enhorabuena, es usted un ser humano sano y funcional.

Resulta irrisorio que, con J.K. Rowling y ahora Roald Dahl, dos de los mayores blancos de los wokes sean autores infantiles. Pero está claro que los wokes conocen la importancia de adoctrinar a los jóvenes lo antes posible en su desquiciada y perniciosa ideología.

Lenin supuestamente dijo: "Dadnos al niño durante ocho años y será un Bolchevique para siempre". Ese podría haber sido fácilmente el lema detrás de esta nueva vandalización de la obra de Roald Dahl.

Si le parece una hipérbole, lea algunos de estos ejemplos y dígame que no hay maldad en marcha.

Algunos cambios simplemente eliminan todo el carácter de la escritura, de modo que el texto original de Dahl:
En su mano derecha llevaba un bastón. Solía decir a la gente que esto se debía a que le crecían verrugas en la planta del pie izquierdo y caminar le resultaba doloroso.
Se convierte en:
En su mano derecha llevaba un bastón. No porque necesitara ayuda para caminar.
Otros son absurdamente woke. Uno de los cambios recluta a Dahl en favor de la campaña para aumentar el número de mujeres en las carreras STEM (NdT: Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas). El original: " Incluso si trabaja como cajera en un supermercado o mecanografiando cartas para un hombre de negocios" se convierte en "Incluso si trabaja como científica de alto nivel o dirige una empresa".

A veces, el lenguaje resulta tan sanitizado que altera por completo el significado original. "Casi mata también a Ashton. La mitad de la piel se desprendió de su cuero cabelludo" se convierte en "No le hizo mucho bien a Ashton".

Naturalmente, todo el humor se elimina, como en este ejemplo de Matilda, donde el original:
Su hija Vanessa, a juzgar por lo que ha aprendido este trimestre, carece por completo de órganos auditivos.
Se convierte en el anodino y confuso:
A juzgar por lo que su hija Vanessa ha aprendido este trimestre, este hecho por sí solo es más interesante que todo lo que he enseñado en clase
Otros pasajes simplemente se suprimen por completo, como:
Llevaba mucho maquillaje y tenía una de esas desafortunadas figuras abultadas en las que la carne parece estar atada alrededor del cuerpo para evitar que se caiga
Ni siquiera se permite nombrar a los malvados autores coloniales, de modo que "Dickens o Kipling" se convierte en "Dickens o Austen".

No hay nada demasiado suave como para escapar a los censores woke, ya que frases como "¡Cállate, chiflado!" se convierten en "¡Ssshh! Todavía no!", y la paranoia racial extrema hace que ""Ponerse blanco"" se convierta en ""Ponerse muy pálido"".

Hay muchísimos más ejemplos patéticos citados en The Telegraph, si tiene estómago para ello.

roald dahl the enormous crocodile
Ahora estamos entrando en un mundo en el que habrá que conseguir por debajo del mostrador ejemplares originales secretos y sin tapas de El cocodrilo enorme.

Increíblemente, ni siquiera estoy exagerando, ya que varias frases de ese libro han sido cambiadas, con "niño pequeño gordo y jugoso" convirtiéndose en "niño pequeño jugoso", y "Nos comemos a los niños y niñas pequeños" convirtiéndose en "Nos comemos a los niños pequeños" (siendo la existencia del sexo biológico la parte ofensiva, más que el comer).

"Madre" se convierte en "progenitores" e "Incluso el hombre que trabajaba en el tiovivo saltó de él" se convierte en "Incluso la persona que trabajaba en el tiovivo saltó de él". Porque las mujeres también pueden trabajar en tiovivos, intolerante.

Esto es un recordatorio de que nada es demasiado insignificante para escapar a la revolución woke. No pararán hasta que hayan destruido todo lo que tiene valor, desde nuestras grandes universidades hasta El cocodrilo enorme (que me sorprende que no haya sido rebautizado como El cocodrilo con cuerpo no normativo).

Todas y cada una de las cosas que uno ama deben ser borradas.

La desfiguración de Roald Dahl es para mí la gota que colma el vaso. Debemos obliterar la aberración imbécil y antihumana que es el wokismo de una vez por todas.

O, como diría un lector de sensibilidad de Puffin: " Deberíamos acabar con la wokeness."