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El pontífice ha pedido que se respeten los lugares sagrados después de que se ordenara a los monjes canónicos de la Iglesia Ortodoxa abandonar su monasterio de Kiev.
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© Buda Mendes / Getty ImagesPapa Francisco
El Papa Francisco ha expresado su preocupación por la situación en el Pechersk Lavra de Kiev tras los intentos de las autoridades ucranianas de expulsar a los monjes del emblemático lugar cristiano ortodoxo.

Hablando al final de una audiencia general el miércoles, el pontífice dijo que estaba "pensando en los monjes ortodoxos en el Lavra de Kiev."

"Pido a las partes beligerantes que respeten los lugares religiosos", añadió, afirmando que el clero de cualquier confesión "es el apoyo del pueblo de Dios".

Sus comentarios se produjeron tras hacer el Patriarca Kirill, cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, la semana pasada un llamamiento a los líderes cristianos de diversas confesiones y las organizaciones internacionales por lo que describió como "un fuerte aumento de la presión estatal sobre los cristianos ortodoxos en Ucrania".

Refiriéndose al Pechersk Lavra de Kiev, Kirill pidió "todos los esfuerzos posibles para impedir el cierre forzoso del monasterio, que supondría una violación de los derechos de millones" de fieles.

El 10 de marzo, el Ministerio de Cultura de Ucrania afirmó, sin aportar pruebas, que la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú había violado un acuerdo de 2013, en virtud del cual el Estado les permitía administrar el lugar religioso. Posteriormente, se ordenó a los clérigos que desalojaran el monasterio antes del 29 de marzo.

Aunque los clérigos se han negado a acatar la orden, el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, respaldó la decisión, calificando la represión de "medida para reforzar nuestra independencia espiritual". Esto, sin embargo, provocó la indignación de Moscú, con la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, afirmando que "la libertad religiosa es rehén de los bandidos" del gobierno ucraniano.

Ucrania vive desde hace años tensiones religiosas, sobre todo entre la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (IOU), no canónica y apoyada por Kiev, y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (IOU), que proclamó su independencia de Moscú después de que Rusia lanzara su operación militar en el país vecino en febrero de 2022.

Esto, sin embargo, no la libró de las acusaciones de apoyar encubiertamente a Rusia, y se han llevado a cabo redadas en numerosos monasterios ortodoxos de toda Ucrania, incluido el propio Lavra.