El organismo eleva en tres décimas su estimación de crecimiento para este año, hasta el 1,6%, aunque alerta de que el PIB sufrirá una clara "desaceleración"

Los alimentos se van a encarecer. Todavía más. Y las familias, por lo tanto, deberán destinar una mayor cantidad de recursos en este ámbito, tendrán que gastar más dinero para poder hacer la compra.
supermercado de Madrid
© E. MImagen de un supermercado de Madrid en el que se anuncia la rebaja del IVA sobre determinados alimentos.
Así lo advierte del Banco de España, que es muy claro sobre este punto en las previsiones macroeconómicas que ha presentado este miércoles. "Todavía quedan presiones alcistas en los alimentos", ha explicado Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del organismo durante la presentación del documento.

"La inflación de los alimentos ya está en máximos históricos, en el entorno del 15%. Lo que estamos esperando es que la presiones inflacionistas todavía sean elevadas", ha ahondado Gavilán. El responsable del Banco de España ha añadido que están observando ya "presiones desinflacionistas en las cadenas de valor", pero que esas presiones que podrían aliviar el nivel de los precios "todavía tardarán en llegar".

Con todo ello, el organismo ha elevado de manera muy significativa la inflación promedio de los alimentos para este año: el 7,8% que preveía en su informe de diciembre al 12,2% que ahora prevé, con un pico de precios que todavía está por llegar.

La cifra es tan relevante que el dato de IPC seguirá siendo notable en 2023 a pesar de la contribución negativa de la energía. Los efectos base y la propia caída de los precios energéticos permitirá una desaceleración "relativamente acusada" de la inflación general, pero el incremento de los alimentos y la subyacente hará que el IPC sea del 3,7%. La mencionada cifra subyacente será del 4,9%.

El complejo contexto descrito seguirá golpeando a las hogares, que ya han sufrido una fuerte pérdida de poder adquisitivo como constata el Banco de España y que verán agudizada esta situación en los próximos meses. Esto, de hecho, es uno de los factores que el BdE cita para explicación la "desaceleración" que también se producirá en el crecimiento económico durante el presente año.
banco de españa
© Banco de España
El otro es el endurecimiento de las condiciones financieras que ha desatado la subida de tipos de interés y que, según afirma el Banco de España, ya está endureciendo los criterios de concesión de créditos "de forma generalizada" en España. Incluso así, el organismo eleva en tres décimas su estimación de crecimiento para este año, al 1,6% desde el 1,3% anterior en gran medida por la revisión de la Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística. Para el año que viene reduce en cuatro décimas el dato, dejándolo en el 2,3%.

Impacto de la crisis bancaria

Y esta desaceleración y a estos factores negativos hay que sumarle uno más: la crisis bancaria que ha desatado la caída de SVB en Estados Unidos y de Credit Suisse en Europa. "En cualquier caso, parece probable que la incertidumbre que se ha generado ejerza un cierto efecto adverso sobre el desarrollo de la actividad económica en los próximos trimestres y contribuya, asimismo, a debilitar la dinámica inflacionista", explica el informe.

Gavilán ha puntualizado que todavía "no es posible precisar la magnitud y persistencia de las tensiones que se han desencadenado recientemente en los mercados financieros", pero sin duda es un factor adicional negativo sobre el crecimiento a tener en cuenta.