Traducido por el equipo de SOTT.net

¿Debería la opinión pública ignorar la historia de la Fundación Rockefeller mientras esta desvía recursos hacia la promoción de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas?
Climate Change activists
A finales de julio de 2022, el presidente de la Fundación Rockefeller (RF), el Dr. Rajiv J. Shah, hizo pública una carta en la que detallaba el plan de la organización para aumentar sus recursos y su atención para hacer frente al cambio climático. Shah señaló que la RF contribuyó a dar forma a "las respuestas estadounidenses y mundiales a las crisis de la pandemia", ya que financió proyectos como el CommonPass, ayudando a promover el concepto de pasaportes de vacunas.

Creada en 1913, la fundación utilizó la riqueza de la familia Rockefeller para promover ostensiblemente la "salud pública" financiando campañas de vacunación masiva y la fundación de autoridades de salud pública en todo el mundo. Para continuar con su misión hoy en día, Shah afirma que la RF debe "enfrentarse directamente al cambio climático".

"El cambio climático supone una amenaza singular para la humanidad", escribió Shah. "Hemos decidido que la Fundación Rockefeller emprenderá acciones específicas para transformar la forma en que la humanidad cultiva y come, alimenta con electricidad sus comunidades y hogares, previene y protege contra las enfermedades, y vive y trabaja. Así es como haremos que las oportunidades sean universales y sostenibles."

Shah afirma que la fundación ya ha dado pasos en esta dirección, incluyendo ayudar a las mujeres a conseguir "empleos verdes", invertir en "agricultura regenerativa" y comprometerse a desinvertir sus 6.000 millones de dólares de dotación en combustibles fósiles. Shah afirmó que la Fundación ha "desinvertido la mayor parte de su dotación en este sector".

La fundación también se asoció con la Fundación Ikea y el Fondo para la Tierra de Bezos para acelerar la transición a la llamada "energía renovable". Los grupos afirman haber recaudado más de 10.000 millones de dólares en fondos adicionales.

El anuncio de una reasignación de recursos no incluyó gran cosa en cuanto a detalles o planes sólidos. Sin embargo, Shah sí escribió que el objetivo de la fundación es "desarrollar una visión y un plan integrados para los años 2025 a 2030" que se compartirán con los fideicomisarios de la RF en el plazo de un año. Desde la publicación de la carta no se han comunicado novedades.

En la carta, Shah reconoció que John D. Rockefeller, fundador de Standard Oil y de la Fundación Rockefeller, adquirió su riqueza a través de la industria petrolera, a la que ahora la RF afirma oponerse. "Hay algo de ironía en todo esto. Nuestro homónimo, John D. Rockefeller, fundó la Standard Oil e hizo su fortuna alimentando con carbono a un Estados Unidos en crecimiento", escribió Shah. Sin embargo, afirma que la RF se centra en lo que denomina "filantropía científica", o, lo que es lo mismo, en utilizar la ciencia y la tecnología más avanzadas para "mejorar el bienestar de todas y cada una de las personas, abriendo oportunidades para todos".

"Obviamente, una institución como la Fundación Rockefeller tiene un nivel de responsabilidad aún mayor porque somos un beneficiario aún mayor de ese proceso", declaró entonces a Associated Press. La Fundación Rockefeller financia parte de la cobertura que hace The Associated Press del cambio climático.

Antes de profundizar en la historia de la Fundación Rockefeller, y en por qué debemos seguir siendo escépticos ante sus pretensiones de salvar a la humanidad a través de la filantropía, echemos un vistazo más de cerca al Presidente de la Fundación Rockefeller, el Dr. Rajiv Shah.

Un agente de la globalización

Rajiv Shah
Rajiv J. "Raj" Shah es un antiguo funcionario del gobierno estadounidense, médico y economista de la salud que ha desempeñado diversos cargos en el gobierno de Estados Unidos, además de trabajar en el sector filantrópico. Shah fue el 16º Administrador de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) entre 2010 y 2015. Fue nombrado Administrador de la USAID por el Presidente Obama, confirmado unánimemente por el Senado estadounidense y juró su cargo ante la Secretaria de Estado Hillary Clinton el 7 de enero de 2010.

La USAID es ostensiblemente una "agencia independiente del gobierno federal de Estados Unidos" que se ocupa de la "ayuda exterior civil". USAID es una de las mayores agencias de ayuda oficial del mundo y representa más de la mitad de toda la ayuda exterior estadounidense. Sin embargo, la USAID y la Fundación Nacional para la Democracia (NED) han sido acusadas de ser un instrumento para llevar a cabo actividades favorables a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) bajo la apariencia de proporcionar ayuda exterior. La NED se creó como una corporación sin ánimo de lucro a través de la financiación de la USAID. Ambas organizaciones han participado en la financiación de movimientos "activistas" en países que no se alinean con la política estadounidense.

Los críticos llevan mucho tiempo comparando la financiación de grupos nicaragüenses por parte de la USAID y la NED en los años ochenta y noventa con los esfuerzos de la CIA para derrocar gobiernos en toda América Latina en los años cincuenta y sesenta.

Shah también trabajó en la Fundación Bill y Melinda Gates, donde se le atribuye la creación del Servicio Financiero Internacional para la Inmunización, que ayudó a remodelar la industria mundial de las vacunas y recaudó más de 5.000 millones de dólares para la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI).

He informado ampliamente sobre el papel que desempeñan la Fundación Bill y Melinda Gates y GAVI en la gestión de las medidas sanitarias internacionales, especialmente en el avance de la lista cada vez mayor de vacunas obligatorias para los países en desarrollo.

Shah también es miembro de la Comisión Trilateral, forma parte del Consejo de Administración del Consejo Atlántico y es miembro del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés).

El CFR es un actor de la geopolítica de larga data entre cuyos miembros figuran expresidentes y funcionarios federales de Estados Unidos. El investigador G. Edward Griffin ha sido uno de los pocos que han trabajado en las últimas décadas para sacar a la luz la influencia del CFR en la política exterior estadounidense. Durante una de sus muchas presentaciones, Griffin esboza el verdadero papel del CFR más allá de la explicación superficial de que no son más que un grupo de reflexión:
"Fue engendrado por una sociedad secreta que todavía existe hoy, que es la fachada de un grupo de mesa redonda encarnado originalmente en JP Morgan y compañía pero ahora en el consorcio Rockefeller y cuyo objetivo principal ya no es la expansión del Imperio Británico sino el colectivismo global con el control en manos privadas administrado de forma feudalista por los bancos centrales del mundo".
Durante los últimos 100 años, la lista de miembros del CFR ha contado con un elenco rotativo de miembros de la familia Rockefeller, entre ellos John "Jay" Rockefeller IV, Nicholas Rockefeller, Steven C. Rockefeller, Susan Cohn Rockefeller, Valerie Rockefeller, David Rockefeller Jr. y David Rockefeller Sr., cofundador de la Comisión Trilateral.

Es probable que la Comisión Trilateral sea menos conocida para los lectores de hoy, que están más familiarizados con grupos como el Foro Económico Mundial y el grupo Bilderberg, pero son igualmente importantes para comprender a los jugadores del tablero de ajedrez.

Patrick Wood, investigador desde hace tiempo de la Tecnocracia y fundador de Technocracy.news, informó recientemente que el 50 aniversario de la Comisión Trilateral marcó la culminación de su autoproclamado "Nuevo Orden Económico Internacional". El 12 de marzo, la Comisión Trilateral celebró su reunión plenaria en Nueva Delhi, India, para debatir cuestiones relacionadas con la globalización. Wood informó que uno de los miembros de la Comisión declaró,
"Este año, 2023, es el Año Uno de este nuevo orden global."
Como señala Wood, la Comisión Trilateral fue cofundada por Zbigniew Brzezinski, ex Consejero de Seguridad Nacional y aliado de muchos presidentes a lo largo de su vida. Brzezinski fue también autor de Between Two Ages: America's Role in the Technetronic Era (Entre dos Eras: el Rol de América en la Era Tecnocrónica), que pretendía revivir el movimiento tecnocrático de los años treinta.

Por último, la pertenencia de Shah a The Atlantic Council también debería hacer saltar las alarmas. El Atlantic Council se ha vuelto más familiar para los estadounidenses a la luz de las recientes revelaciones de los Archivos Twitter. Sin embargo, The Atlantic Council ha estado haciendo movimientos entre bastidores en los últimos años. En mayo de 2018, la organización se asoció con Facebook para luchar contra las "noticias falsas". Solo 6 meses después, la infame Purga de 2018 eliminó más de 500 cuentas de medios e investigadores independientes de Facebook, Twitter y YouTube.

El Dr. Shah también habló en la reunión del Foro Económico Mundial de 2022 en Davos (Suiza) y figura como "Contribuyente de la Agenda" del FEM. Durante una entrevista con la CNBC en Davos, se le preguntó qué opinaba del hecho de que las naciones de todo el mundo estén "sentadas sobre" las vacunas porque "no hay interesados". Shah respondió diciendo:
"Gran parte de la razón por la que no se demandan las vacunas ahora mismo es que hay una tremenda desinformación sobre las vacunas, su eficacia, su seguridad, y por eso mucha gente que las necesita no las quiere porque se les ha dicho algo que es falso, y tenemos que invertir en ese problema para darle la vuelta y cambiar el curso de la pandemia."
Shah explicó que la Fundación Rockefeller está invirtiendo en el acceso a las vacunas en países de todo el mundo con el objetivo de llegar al 90% de los "grupos de alto riesgo" de un país. Shah también dijo que cree que "tiene que haber algún tipo de acuerdo internacional sobre cómo responde el mundo a las pandemias", que debe incluir "un sistema de vigilancia en tiempo real mucho mejor".

La presencia de Shah en la reunión de Davos no debería sorprender, ya que la Fundación Rockefeller está asociada con el FEM para impulsar la agenda del Gran Reinicio. Durante el pánico del COVID-19, la Fundación Rockefeller financió el CommonPass como un método para verificar el estado de vacunación. Los llamados "pasaportes de vacunas" fueron siempre una puerta de entrada al futuro de la identidad digital que promueven el FEM y los Tecnócratas.

El falso movimiento ecologista de la fundación rockefeller

No importa si la Fundación Rockefeller utiliza sus recursos para llevarnos hacia un Estado Tecnocrático con el pretexto de una pandemia o del cambio climático. El resultado final es el mismo: la pérdida de libertades y opciones individuales en un mundo constantemente vigilado, con puntuaciones de crédito social que rastrean tu consumo de carbono y reparten recompensas o castigos en función de tu comportamiento. Todo por el bien del planeta, nos dicen.

Por eso es importante cuestionar las afirmaciones fundamentales de la Fundación Rockefeller y de su actual presidente. De hecho, la Fundación Rockefeller tiene un historial de utilizar las cuestiones medioambientales como cortina de humo para esparcir veneno y perjudicar a la población.

El actual paradigma alimentario dominante -con su modelo de negocios tóxico, violento y monopolizado- nació de la "Revolución Verde" de los años cincuenta y sesenta. Como parte de esta aparente revolución, el presidente mexicano Manuel Ávila Camacho invitó a la Fundación Rockefeller al país para ayudar a estudiar y modernizar la agricultura mexicana. En 1943, Norman Borlaug, un genetista de plantas, y su equipo de investigadores viajaron a México y pusieron en marcha la llamada Revolución Verde. Borlaug fue financiado por la Fundación Rockefeller y la Fundación Ford, estando ambas organizaciones interesadas en establecer normas agrícolas internacionales que beneficiaran sus cuentas bancarias.

Aunque la Revolución Verde suele considerarse un éxito por el aumento del rendimiento de las cosechas y el aparente descenso de la mortalidad infantil, cada vez hay más pruebas de que el abundante uso de pesticidas ha provocado un aumento en los efectos nocivos para la salud, incluido el cáncer. El caso más tristemente célebre es el del herbicida más utilizado del mundo, el glifosato -un producto del gigante agroalimentario Monsanto, ahora propiedad de Bayer-, que se ha relacionado con varios casos de cáncer y ha dado lugar a acuerdos multimillonarios contra la empresa.

Las mismas corporaciones y financieros detrás de Big Oil y Big Pharma fueron las mismas fuerzas impulsoras detrás de la Revolución Verde. La red Rockefeller Standard Oil y sus socios en la industria de los fertilizantes, concretamente DuPont, Dow Chemical y Hercules Powder, se beneficiaron generosamente de la aparente revolución en la agricultura. Sin embargo, cuando una nación del "tercer mundo" en dificultades no podía permitirse las nuevas tecnologías necesarias para participar en los programas, el Chase Manhattan Bank, controlado por los Rockefeller, se asociaba con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para ofrecer préstamos, que a su vez otorgaban a los bancos la propiedad de los recursos y activos financieros en caso de que las naciones no pudieran saldar la deuda.

Otro resultado de la Revolución Verde es la llamada Revolución Genética, que popularizó el uso de organismos modificados genéticamente, OMG, o alimentos manipulados genéticamente. Una vez más, el elenco de personajes implicados en la Revolución Genética es idéntico al de la Revolución Verde: el cártel de la Gran Farma y la Gran Petrolera. La IG Farben, vinculada a los Rockefeller y a los nazis, tiene filiales, Bayer CropScience y BASF PlantScience, que trabajan con Dow AgroScience, DuPont Biotechnology y la infame Monsanto. Todas estas empresas se benefician de la financiación de la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, la Fundación Bill y Melinda Gates y organizaciones similares.

Este es el legado de la Fundación Rockefeller: pesticidas peligrosos, alimentos transgénicos, monocultivos y desorganización de las pequeñas explotaciones agrícolas.

La Fundación Rockefeller también afirmó que el pánico del COVID-19 presentaba el momento de "transformar el sistema alimentario estadounidense". El documento de Rockefeller, titulado Reset the Table: Meeting the Moment to Transform the U.S. Food System (Reiniciar la Mesa: Aprovechar el Momento para Transformar el Sistema Alimentario de EE.UU.), describe cómo la Fundación Rockefeller puede utilizar una vez más su dinero e influencia para dar forma a la dirección de una industria importante, esta vez, el propio suministro de alimentos.

Irónicamente, el documento Reset the Table también señala que la Fundación Rockefeller "desempeñó un papel en la siembra y ampliación" de la Revolución Verde, al tiempo que señala que la Revolución Verde de Rockefeller dejó un legado de "énfasis excesivo en los granos básicos a expensas de alimentos más ricos en nutrientes", y una "dependencia de los fertilizantes químicos que agotan el suelo, y el uso excesivo de agua". Sin ninguna vergüenza, los Rockefeller y los de su calaña se presentan como la solución a los problemas a los que ellos mismos contribuyeron o crearon.

Utilizando el mismo lenguaje florido y las mismas palabras de moda que les permitieron infiltrarse y capturar el sistema educativo, la industria del petróleo y el campo de la medicina, han conseguido hacerse con el control de las grandes instituciones que se encargan de los animales y las cosechas del mundo de forma violenta, destructiva y costosa. Este peligroso cártel monopolístico ha capturado muchos organismos reguladores nacionales e internacionales diseñados para proteger al público y el suministro de alimentos.

¿Realmente se supone que debemos confiar en que la Fundación Rockefeller es ahora una fuerza del bien?

¿La lucha contra el cambio climático encubre una agenda eugenésica?

Una última reflexión se refiere al hecho de que la Fundación Rockefeller también tiene un amplio historial de financiación del movimiento Eugenésico. Existen numerosas pruebas y documentación de la promoción por parte de la familia Rockefeller del "control de la población" bajo el disfraz del aborto, la esterilización y otros métodos.

Debido a este historial de financiación de estos movimientos, sigue habiendo un gran escepticismo respecto a las verdaderas motivaciones de la fundación.

En septiembre de 2021, la Fundación Rockefeller hizo pública una declaración en la que afirmaba estar "reflexionando sobre nuestra propia historia en relación con la eugenesia". La fundación afirmó que esto implicaría "destapar los hechos" y hacer frente a "verdades incómodas". El Dr. Shah afirmó que "se está llevando a cabo una investigación" para conocer el alcance del apoyo de la Fundación a la eugenesia.

"La Fundación se está enfrentando a los odiosos legados del pasado -en leyes, estructuras y sistemas- que han suprimido oportunidades para tantos y está ayudando a nuestros beneficiarios y a las personas a las que sirven a superarlos", escribió Shah.

En una próxima investigación revelaré las conexiones entre la filosofía eugenésica que anteriormente guio a la Fundación Rockefeller y a otros filántropos, y el movimiento de lucha contra el cambio climático.