- En su antiguo pasado, Marte probablemente contenía muchos de los ingredientes necesarios para que la vida microbiana floreciera en su superficie.
- Ahora, un nuevo descubrimiento realizado por el vehículo explorador Perseverance de la NASA muestra una trifecta de pruebas convincentes -incluida la presencia de agua, compuestos orgánicos y una fuente de energía química-, todo ello en una roca situada en el cráter Jezero.
- Aunque esta es la mejor pista hasta el momento de que existió vida microbiana en Marte, todavía hay otras explicaciones que podrían explicar este despliegue geológico sin la existencia de microbios.
Ahora, uno de esos vehículos podría haber descubierto una de las pruebas más convincentes de vida microbiana marciana. Ubicada en una roca con forma de punta de flecha de un metro de largo apodada «Cheyava Falls» en el cráter Jezero (el cráter de 28 millas de ancho que el Perseverance ha llamado hogar durante los últimos tres años), esta «prueba» es en realidad una trifecta de puntos de datos que sugieren la presencia de vida microbiana en el pasado. La roca en cuestión presenta dos vetas verticales de sulfato de calcio que probablemente se formaron a partir de agua en el pasado, y ambas franjas flanquean una banda roja de roca llena de «manchas de leopardo».
La NASA ya había descubierto pruebas de la existencia de agua en Marte en el pasado, pero es esta estrecha franja de roca la que aporta un nuevo significado a este descubrimiento. Utilizando sus instrumentos SHERLOC («Escaneo de Entornos Habitables con Raman y Luminiscencia para Productos Químicos y Orgánicos») y PIXL («Instrumento Planetario para Litoquímica de Rayos X»), el Perseverance determinó la existencia de compuestos orgánicos en la roca. ¿Y esas «manchas de leopardo»? Probablemente indican reacciones químicas que podrían haber suministrado energía a los antiguos microbios marcianos.
Aunque cada uno de estos descubrimientos -la presencia de agua, compuestos orgánicos y reacciones químicas- sería notable incluso si se descubrieran por separado, la NASA nunca ha visto los tres en un mismo lugar, lo que significa que la química geológica de Cheyava Falls es posiblemente nuestra mejor pista hasta el momento de que Marte albergó en su día
Ken Farley, de Caltech, científico del proyecto Perseverance, declaró en un comunicado de prensa de la NASA:
«Cheyava Falls es la roca más enigmática, compleja y potencialmente importante investigada hasta ahora por Perseverance. Tenemos nuestra primera detección convincente de material orgánico, manchas de colores distintivas indicativas de reacciones químicas que la vida microbiana podría utilizar como fuente de energía, y pruebas claras de que el agua -necesaria para la vida- pasó una vez a través de la roca».Aunque este yacimiento es especialmente emocionante, dista mucho de ser el primer descubrimiento marciano que provoca un considerable revuelo microbiano. Este mismo año, científicos que estudiaban un análisis del suelo de 2017 de la misión en curso de Curiosity en el cráter Gale descubrieron una abundancia de manganeso en el suelo, algo que normalmente requiere la presencia de oxígeno y (lo has adivinado) microbios.
Pero todos estos descubrimientos vienen acompañados de más de una advertencia. En el caso del Curiosity, se sabe demasiado poco sobre el proceso de oxidación de Marte como para estar seguros de que existieran microbios en el cráter Gale, y este nuevo descubrimiento tampoco es inmune al escrutinio científico. La presencia de cristales de olivino de tamaño milimétrico, un mineral que se forma a partir del magma, es un gran misterio. Esta posibilidad podría explicar cómo la actividad volcánica del pasado pudo producir este fenómeno geológico sin depender en absoluto de la presencia de microbios.
Farley dijo en el comunicado de prensa:
«Hemos bombardeado esa roca con láser y rayos X y la hemos fotografiado literalmente día y noche desde casi todos los ángulos imaginables». Científicamente, Perseverance no tiene nada más que dar. Para comprender plenamente lo que ocurrió realmente en ese valle fluvial marciano del cráter Jezero hace miles de millones de años, querríamos traer la muestra de Cheyava Falls a la Tierra, para poder estudiarla con los potentes instrumentos disponibles en los laboratorios.»El «geólogo de seis ruedas» (como lo llama la NASA) no contiene un laboratorio a bordo como su rover hermano, Curiosity. Pero en realidad se trata de una ventaja, no de un defecto. Originalmente, la NASA diseñó Perseverance para que también fuera una misión de recuperación de muestras, lo que significa que la agencia espacial enviaría una nave espacial adicional para recuperar muestras de Perseverance y traerlas de vuelta a la Tierra para su posterior estudio.
Sin embargo, dado que los costes de una misión de este tipo se aproximan a los 11.000 millones de dólares, traer muestras de esta maravilla geológica marciana está ahora en entredicho, al igual que la posibilidad de comprender definitivamente si hubo alguna vez vida microbiana en Marte.
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