Al menos 60 personas murieron ahogadas y decenas están en paradero desconocido después de que se derrumbara la presa de Jor Arbaat, ubicada en el este de Sudán y cuyo lago tiene una capacidad de 25 millones de metros cúbicos de agua, informó este lunes 26 de agosto una fuente de la Media Luna Roja Sudanesa.
© AFPSegún un vecino de la zona, "todo fue arrasado".
"Al menos 60 personas murieron ahogadas en las aguas de la presa colapsada, que se construyó en 2003 y en la que no se han realizado trabajos de mantenimiento en los últimos tres años", indicó el vicepresidente de la organización humanitaria en Sudán, Mohamed Adrub.

La presa de Jor Arbaat se encuentra a unos 20 kilómetros de la estratégica localidad de Port Sudán, la sede temporal del Gobierno de Sudán -controlado por la cúpula militar- desde el inicio de la guerra contra el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) el 15 de abril de 2023.

Según Adrub, el colapso de la instalación ha provocado la destrucción de varias aldeas, lo que supone un gran reto para las autoridades, que no pueden acceder a las zonas afectadas e iniciar las tareas de rescate.

Por su parte, el consejero del gobernador del estado oriental de Mar Rojo, Nayi Ezzeldin, dijo en declaraciones a la cadena estatal Sudan TV que la situación en las inmediaciones de la presa es "catastrófica", ya que al menos cinco pueblos de 5.000 habitantes cada uno han sido completamente arrasados por el agua.

Indicó que se requieren helicópteros para evacuar a los afectados poco a poco, al tiempo que señaló que "decenas" de personas subieron a los montes cercanos para escapar de las inundaciones y que ahora, además, corren el riesgo de ser mordidos por serpientes o picados por escorpiones.

Además de la falta de mantenimiento, el colapso de Jor Arbaat se debe a las fuertes e inusuales lluvias que azotan el país desde hace dos meses, que han causado la muerte de al menos 132 personas, según cifras publicadas este lunes por el Ministerio de Salud sudanés.

De acuerdo con la ONU, las consiguientes inundaciones han dejado alrededor de 317.000 afectados y han provocado el desplazamiento de 118.000 personas, además de la destrucción de casi 27.000 hogares y daños de diversa consideración a otras más de 31.000 viviendas en más de una decena de estados de Sudán.

Tragedia en medio de la guerra

A esto se suma que se han registrado más de medio millar de casos de cólera, en medio de un número cada vez mayor de gente con ceguera nocturna, malaria e inflamación ocular que amenazan con saturar aún más el dilapidado sistema sanitario de Sudán, donde el 80 % de sus instalaciones médicas se encuentran fuera de servicio por la guerra.

El conflicto en Sudán comenzó cuando la rivalidad entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido se convirtió en una guerra abierta. Las dos partes en conflicto previamente compartieron el poder después de un golpe de Estado.

Ambas buscaron proteger su poder y sus amplios intereses económicos cuando la comunidad internacional apoyó un plan de transición hacia un gobierno civil.

Los esfuerzos superpuestos para buscar un alto el fuego, incluidas las conversaciones encabezadas por Arabia Saudita y Estados Unidos en Jeddah, no han logrado reducir la intensidad de los combates.

Aproximadamente la mitad de la población de Sudán, de 50 millones de personas, enfrenta, además, actualmente escasez de alimentos.