Traducido por el equipo de SOTT.net

Si se viaja lo suficientemente lejos del Sol, el Sistema Solar se vuelve mucho más poblado.
An artist's impression of the Kuiper Belt.
© ESO/M. KornmesserImpresión artística del Cinturón de Kuiper.
Más allá de la órbita de Neptuno se encuentra el Cinturón de Kuiper, un vasto campo de rocas heladas en forma de anillo. Allí se encuentran Plutón, Arrokoth e innumerables objetos pequeños en el frío y la oscuridad.

Se les conoce como objetos del Cinturón de Kuiper o KBO, y los astrónomos acaban de encontrar indicios de un inesperado aumento de su densidad, entre 70 y 90 unidades astronómicas del Sol, separados por un gran espacio prácticamente vacío entre éste y una población interior de KBO más cercanos al Sol.

Parece, casi, como si hubiera dos Cinturones de Kuiper, o al menos dos componentes - algo que nadie esperaba encontrar.

«Si esto se confirma, sería un gran descubrimiento», afirma el científico planetario Fumi Yoshida, de la Universidad de Ciencias de la Salud Ocupacional y Ambiental y del Instituto de Tecnología de Chiba, en Japón.

«La nebulosa solar primigenia era mucho mayor de lo que se pensaba, y esto puede tener implicaciones para estudiar el proceso de formación de planetas en nuestro Sistema Solar».

Se cree que los objetos del Cinturón de Kuiper representan el material más prístino que contiene nuestro Sistema Solar.

El cinturón se extiende desde la órbita de Neptuno, a unas 30 unidades astronómicas del Sol (una unidad astronómica es la distancia media entre la Tierra y el Sol), hasta unas 50 unidades astronómicas del Sol.

Esta distancia significa que todo lo que se encuentra en el Cinturón de Kuiper se ve mínimamente afectado por la radiación solar, lo que, a su vez, significa que es probable que los KBO permanezcan prácticamente inalterados desde el nacimiento del Sistema Solar, hace unos 4.600 millones de años.

Estos objetos son antiguos restos de la nube de material, conocida como nebulosa solar, a partir de la cual se formaron el Sol y los planetas.

La nave espacial New Horizons se ha adentrado en el Sistema Solar desde su sobrevuelo de Plutón en 2015; en el momento de escribir estas líneas, la nave se encuentra a casi 60 unidades astronómicas del Sol y contando.

Para apoyar su exploración en curso del Sistema Solar exterior, los astrónomos de la Tierra han estado realizando observaciones del Cinturón de Kuiper utilizando el telescopio Subaru del Observatorio Astronómico Nacional de Japón en Hawái.

Hasta la fecha, las observaciones del Subaru han revelado 263 nuevos KBO, pero un gran equipo internacional de astrónomos dirigido por Wesley Fraser, del Consejo Nacional de Investigación de Canadá, ha descubierto que 11 de esos objetos se encuentran mucho, mucho más lejos de donde pensábamos que terminaba el Cinturón de Kuiper, en la región más allá de las 70 unidades astronómicas.
Kuiper Belt Objects
© Wesley FraserGráfico que muestra la distribución de distancias de los objetos del Cinturón de Kuiper descubiertos con la Hyper Suprime Cam del telescopio Subaru.
A partir del número de estos objetos avistados, los investigadores pudieron extrapolar la densidad del anillo exterior del Cinturón de Kuiper. Sería inferior a la población interior, pero lo suficientemente alta como para constituir una nueva estructura.

Sin embargo, en la región comprendida entre 55 y 70 unidades astronómicas no se ha encontrado prácticamente nada. Esto puede sonar extraño, pero una brecha de este tipo es una característica que hemos visto en otros sistemas planetarios en formación, y pone al Sistema Solar más en línea con lo que hemos encontrado en otras partes de la galaxia.

«El Cinturón de Kuiper de nuestro Sistema Solar pareció durante mucho tiempo muy pequeño en comparación con muchos otros sistemas planetarios, pero nuestros resultados sugieren que esa idea podría haber surgido simplemente debido a un sesgo observacional», explica Fraser.

«Así que tal vez, si se confirma este resultado, nuestro Cinturón de Kuiper no sea tan pequeño e inusual después de todo en comparación con los que rodean otras estrellas».

Muchas de nuestras observaciones de la Vía Láctea sugieren que nuestro Sistema Solar es inusual en muchos aspectos. Dado que el Sistema Solar es el único sistema planetario conocido que alberga vida, estas rarezas podrían ser factores que contribuyan a la habitabilidad del Sistema Solar.

Pero nuestra tecnología para observar el espacio tiene limitaciones que podrían dar lugar a importantes sesgos de observación, sugiriendo peculiaridades que en realidad no existen. Si se confirman las nuevas observaciones del Cinturón de Kuiper, acabamos de descartar una de esas peculiaridades: una nebulosa solar inusualmente pequeña.

Para arrojar más luz sobre el descubrimiento, continúan las observaciones con el fin de rastrear las órbitas de los 11 objetos distantes.

«Se trata de un descubrimiento revolucionario que revela algo inesperado, nuevo y emocionante en los confines del Sistema Solar», afirma el investigador principal de New Horizons, Alan Stern, del Southwest Research Institute.

«Este descubrimiento probablemente no habría sido posible sin las capacidades de clase mundial del observatorio Subaru».

La investigación ha sido aceptada en The Planetary Science Journal y está disponible en arXiv.