A pesar de que el Gobierno de Javier Milei intentó relativizarlo, las palabras del jefe de Gabinete argentino, Guillermo Francos, sobre posibles apagones programados durante el verano austral comienzan a preocupar tanto a hogares como empresas argentinas, que podrían ser las más afectadas por la crisis energética.
El problema fue puesto sobre la mesa por Francos durante una entrevista con Radio Mitre en la que admitió que si el verano austral, que se extiende entre diciembre y marzo, presenta temperaturas muy elevadas, puede haber "una demanda muy alta de electricidad" que obligue a "tener que programar algún corte".
Francos atribuyó la situación a que "no ha habido inversiones en los últimos tiempos" y deslizó que la intención del Gobierno es "hacer algunos acuerdos con los sectores productivos, sectores industriales" para intentar coordinar esos cortes de electricidad.
En diálogo con Sputnik, el especialista en temas energéticos Moisés Solorza afirmó que el problema revelado por Francos ratifica las previsiones acerca de que el país afrontaría "una tragedia energética" si Milei proseguía con su estrategia de recortar todas las obras vinculadas con el sector energético.
"El sistema eléctrico es un sector en el que específicamente las grandes inversiones son absolutamente prioritarias y necesarias. Aquí se tomaron decisiones contrarias al interés nacional", afirmó el experto.Solorza afirmó que el Gobierno de Milei no garantizó "la generación, el transporte y la distribución" de la energía eléctrica al paralizar obras públicas clave para el sector o dejar sin efecto licitaciones que eran necesarias para proveer correctamente los servicios. En efecto, durante 2024 se paralizaron obras de construcción de las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en la provincia de Santa Cruz (sur) y de los reactores nucleares CAREM-25 y RA-10. Asimismo, el Gobierno también decidió no renovar las licitaciones para las cuatro represas hidroeléctricas ubicadas en la región del Comahue, entre Río Negro y Neuquén.
El experto lamentó que también la gestión de Milei dejara sin efecto el programa Terconf (Contratos de Abastecimiento de Confiabilidad de Generación Térmica), que sobre el final de la gestión de Alberto Fernández (2019-2023) había adjudicado la construcción de 29 centrales termoeléctricas con el objetivo de incrementar la generación en 3.340 megavatios, equivalente al 10% del total generado en el país.
Bajo este panorama, Solorza consideró que Argentina quedará a merced de la importación desde países limítrofes como Brasil pero también de la "estacionalidad", ya que una situación de sequía podría agravar la situación de las represas hidroeléctricas de Yaciretá (compartida con Paraguay) y Salto Grande (compartida con Uruguay). Un escenario de sequía regional también podría hacer que Brasil "no esté en condiciones" de venderle energía a Argentina en un momento de urgencia.
"Ganadores y perdedores"
Para Solorza, este tipo de decisiones pueden interpretarse como un intento de "dejar colapsar el sistema energético" para facilitar su privatización y, al mismo tiempo, "echarle la culpa al Gobierno anterior" por la falta de inversiones en el pasado. Por ese motivo, consideró que la crisis energética en ciernes tiene "ganadores y perdedores": mientras los ganadores podrían ser las empresas que venderán energía a costos elevados al país, entre los "perdedores" aparecen "la población en general y la industria".
"Los perjudicados siempre son de las clases medias y bajas que no tienen dinero para poder tener un generador en la puerta de su casa para no morirse de calor o prender sus heladeras, así como los comercios o las pequeñas industrias", advirtió el especialista.En ese sentido, señaló que muchos pequeños comercios argentinos están batallando contra la caída del consumo de los últimos meses y los maumentos de tarifas de gas, agua y electricidad. En el verano, deberán sumar "que no podrán mantener constante la energía eléctrica".
La preocupación que dejaron las palabras de Francos intentaron ser calmadas por el secretario de Energía argentino, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien declaró a la misma emisora que "no va a haber cortes programados" aunque inmediatamente después afirmó que habrá cortes que afectarán a las industrias pero no a los hogares.
Rodríguez Chirillo reveló a Mitre además que la intención del Gobierno es establecer acuerdos con las empresas para que consuman menos energía durante los meses de calor. "A una empresa industrial o grande se le avisa que puede ordenarse de manera que en diciembre, febrero, no produzca tanto o baje la carga", indicó, agregando que se diseñará "un esquema de remuneración para el que reduzca voluntariamente".
De todos modos, para Solorza la situación "no es confiable" y genera "una incertidumbre que le pone mayor presión a un sector que está siendo castigado de manera brutal". Así las cosas, la crisis energética también podría repercutir en despidos o cierres de locales durante el verano, opinó.
El experto consideró que los cortes de energía podrían afectar sobre todo a provincias del centro del país, que conjugan temperaturas elevadas durante el verano con grandes concentraciones de población. Por eso, pronosticó que "quienes van a sufrir más los cortes masivos" serán las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba — las tres más pobladas del país — pero también las del litoral argentino (Entre Ríos, Corrientes y Misiones) y otras como La Pampa, Neuquén o Río Negro.
Para Solorza, los gobernadores de esos territorios deberían ser firmes en el reclamo político al Gobierno nacional para evitar que sus poblaciones sufran los apagones.
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