El diario londinense The Telegraph reporta que el teniente Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, declaró este 25 de septiembre durante una visita a las tropas en la frontera con el Líbano que los aviones siguen sobrevolando y atacando para "preparar el terreno para su posible entrada" y seguir con la ofensiva contra Hizbulá.
"Su entrada allí con fuerza mostrará (a Hizbulá) lo que es encontrarse con una fuerza de combate profesional", afirmó Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del ejército israelí, citado por el medio británico.
Estas declaraciones, afirma el diario, se producen luego de que el Ejército israelí convocó a dos brigadas de reservistas, alrededor de 4.000 soldados, para eventuales operaciones en la frontera norte. El objetivo de la incursión sería permitir a ciudadanos israelíes regresar a sus hogares en el norte.
En tanto, Uri Gordin, jefe del comando norte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), señaló este 25 de septiembre que la confrontación con el movimiento chií libanés ha entrado en una "fase diferente" y que las tropas deben estar preparadas para "maniobra y acción".
"A la luz de esto, debemos cambiar la situación de seguridad. Debemos estar muy bien preparados para una maniobra y una acción", indicó Uri Gordin a soldados.Estas declaraciones de altos mandos militares y el llamado a filas de los reservistas "constituyen la señal más clara" de que Tel Aviv pretende intensificar sus operaciones en el país árabe, que han dejado decenas de muertos y heridos tan sólo en los últimos días de ataques, según The Telegraph.
Tel Aviv y Beirut se encuentran en una guerra no declarada desde el pasado 8 de octubre, cuando Hizbulá comenzó a lanzar misiles y drones hacia las comunidades del norte de Israel, como gesto de solidaridad con el movimiento palestino Hamás.
Las acciones, tanto de Israel como de Hizbulá, han ido incrementando, y se teme que el conflicto pueda convertirse en una guerra abierta o, incluso, una regional.
Los días 17 y 18 de septiembre, en distintas partes del Líbano se produjeron explosiones de bíperes, que dejaron más de 37 muertos y casi 3.000 heridos, según los últimos datos oficiales. Hizbulá y las autoridades libanesas acusan de esas explosiones a Israel, que no ha confirmado ni negado hasta ahora su implicación.
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