"La soberanía libanesa debe ser respetada y el Estado libanés debe tener control absoluto de las armas en su territorio y apoyamos todos los esfuerzos para fortalecer a las Fuerzas Armadas libanesas", dijo Guterres.Este 25 de septiembre, los aviones israelíes reanudaron los intensos bombardeos contra el sur, el norte y el este del Líbano. Además, el medio Al Jazeera reportó incursiones de las Fuerzas Armadas del país hebreo en las ciudades de Srifa, Al-Ghandouriya, Al-Qaqa'iyya y Majdal Salam, al sur del Líbano.
Los combatientes del movimiento Hizbulá, a su vez, lanzaron ataques masivos con misiles contra varias localidades en el norte de Israel, incluidas las afueras de la ciudad de Haifa.
Israel y el Líbano escalaron el conflicto desde el 8 de octubre, cuando el movimiento chií libanés comenzó a lanzar misiles y drones hacia las comunidades del norte del Estado hebreo como gesto de solidaridad con el movimiento palestino Hamás, tras su incursión armada en Israel, que a su vez respondió a cada ataque.
Las Fuerzas de Defensa de Israel sostienen que sus ataques están dirigidos contra Hizbulá. Las acciones, tanto de Israel como de Hizbulá, han ido incrementando y se teme que el conflicto pueda convertirse en una guerra abierta o, incluso, una regional.
Los enfrentamientos entre Israel e Hizbulá han provocado que decenas de miles de libaneses abandonen sus hogares en busca de refugio.
Las hostilidades se intensificaron después de que el Ejército israelí atacó a finales de julio pasado un edificio residencial del sur de Beirut para eliminar a Fuad Shukr, un alto cargo de Hizbulá presuntamente implicado en el bombardeo del pueblo druso de Majdal Shams, en los Altos del Golán, ocupados por Israel, que mató a 12 menores y dejó 30 heridos a mediados del mismo mes.
Además, los días 17 y 18 de septiembre, en distintas partes del Líbano se produjeron explosiones de bíperes, que dejaron más de 37 muertos y casi 3.000 heridos, según los últimos datos oficiales. Hizbulá y las autoridades libanesas acusan de esas explosiones a Israel, que no ha confirmado ni negado hasta ahora su implicación.
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