Es posible que este escenario se ideara rápidamente en algún momento del mes pasado, después de que comenzara la fase aérea de la última guerra entre Israel y el Líbano.
El momento es sospechoso, ya que coincide con el inicio de la operación terrestre de Israel en Líbano. Siria no es ajena a las falsas banderas de armas químicas, por lo que la última podría haber sido cocinada en un santiamén aprovechando la experiencia obtenida en todas las anteriores. Por lo tanto, es posible que este escenario se ideara rápidamente en algún momento del mes pasado, después de que comenzara la fase aérea de la última guerra entre Israel y el Líbano. El objetivo de esta provocación podría ser, pues, ampliar el alcance del conflicto regional.
La dimensión terrestre de la última guerra entre Israel y el Líbano ya es suficientemente desestabilizadora para la región, pero el Levante podría sumirse aún más en el caos si Turquía se siente presionada por esta provocación de falsa bandera para intensificar sus operaciones militares en el noroeste de Siria. El peor de los casos sería que esto desembocara en una guerra convencional entre ambos países, aunque sólo fuera por un error de cálculo, lo que también podría perjudicar enormemente los intereses de Rusia.
Rusia ha trabajado duro durante los últimos nueve años para erradicar el terrorismo en la República Árabe, pero otro conflicto a gran escala podría revertir sus impresionantes logros, por no mencionar el riesgo de empeorar sus relaciones con Turquía. Para evitar cualquier malentendido, no se está haciendo ninguna predicción sobre la posibilidad de que se lleve a cabo una falsa bandera de las armas químicas, y mucho menos de que ésta conduzca automáticamente a una guerra convencional turco-siria. Todo lo que se está haciendo es una previsión de escenarios a la luz de la advertencia del SVR.
Una vez aclarado esto, es posible que la razón más importante por la que decidieron dar a conocer este complot supuestamente inminente sea informar al público turco y reducir así las posibilidades de que sus dirigentes sean capaces de reunirlos en apoyo de una escalada militar en Siria si esto sucede. Rusia no quiere ver una guerra convencional turco-siria, y mucho menos un deterioro repentino de sus lazos que sabotee sus esfuerzos por reconciliarlos, por lo que naturalmente se deduce que haría todo lo posible por evitarlo.
A tal fin, la advertencia del SVR no sólo defiende la reputación de Rusia ante esta posible provocación, como pretendían hacer explícitamente, sino que también avanza hacia el objetivo no declarado de reducir la probabilidad de una guerra convencional turco-siria posterior, que también perjudicaría los intereses de Rusia. Sigue siendo incierto si Turquía morderá el anzuelo si los orquestadores siguen adelante con su plan, pero también podría darse el caso de que sus dirigentes o elementos de su "Estado profundo" alineados con Occidente estén implicados en él.
Sólo se puede especular por qué el presidente Erdogan o los miembros de las burocracias militar, de inteligencia y diplomática permanentes de su país querrían esto, pero el primero podría querer explotar lo que percibe como "debilidad rusa", mientras que el segundo podría querer provocar una crisis con Rusia. Una vez más, el lector debe recordar que nada de esto podría suceder en absoluto ya que este artículo es sólo una previsión de escenario y no una predicción, pero aún así harían bien en mantener sus ojos en Siria por si acaso.
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