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Investigadores de la Universidad de Leicester han dado un significativo paso adelante en la comprensión de cómo el cerebro se ocupa del estrés y mitiga su impacto. Examinando partes de las células nerviosas en el cerebro responsables de aprender y recordar, descubrieron que es posible alterar lo que se recuerda con el fin de mitigar el estrés de los recuerdos dolorosos.

Los investigadores han identificado una proteína que el cerebro produce en respuesta al estrés. Los análisis en ratones mostraron que aquellos que carecían de esta proteína eran más tímidos y preferían esconderse en la oscuridad. Los resultados, publicados en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), son potencialmente importantes para la comprensión del estrés relacionado con las enfermedades psiquiátricas en los seres humanos.

Robert Pawlak, profesor de Neurociencia en la Universidad de Leicester, afirma que, según el estudio, la producción de la mencionada proteína en el cerebro puede ayudar a proteger a las personas que sufren demasiada ansiedad, y ayudar a los organismos para hacer frente a diversos acontecimientos vitales adversos. Según Pawlak, cada día de estrés hace que las células nerviosas cambien su morfología, el número de conexiones con otras células y la forma de comunicarse con otras neuronas.

Estas respuestas son adaptativas y beneficiosas. -ayudan al cerebro a lidiar con el estrés y a buscar la forma de reacción conductual adecuada. Sin embargo, en momentos de estrés severo el cerebro puede perder el control, las células nerviosas en el hipocampo- una área del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria - comienzan a retirar sus procesos, dejan de comunicarse con eficacia con otras células y muestran signos de enfermedad.

Espinas dendríticas

Según explica Pawlak, «una de las estrategias que las células cerebrales utilizan para lidiar con el estrés es mediante un cambio en la forma de realizar pequeños procesos -que normalmente emplean para intercambiar información con otras neuronas- llamadas espinas dendríticas. Las espinas nos ayudan a recordar cosas una vez aprendidas, aunque esto no siempre es bueno, ya que algunos acontecimientos estresantes deben olvidarse rápido o pueden dar lugar a trastornos de ansiedad. Hemos identificado una proteína que produce el cerebro en respuesta al estrés con el fin de reducir el número de espinas y la ansiedad asociada con futuros eventos estresantes. Esta proteína, lipocalina-2, no se produce normalmente, pero su fabricación se incrementa dramáticamente en respuesta al estrés en el hipocampo. Cuando añadimos lipocalina-2 a las neuronas en cultivo, éstas empiezan a perder sus espinas de memoria».

En el estudio, se extrajo la lipocalina-2 del cerebro de los ratones; se utilizaron ratones en los que se interrumpió el gen de la lipocalina-2, resultando estos animales más ansiosos que los ratones normales. Los científicos observaron que en estos ratones sin lipocalina-2 las espinas se formaban más fácilmente en el cerebro después de la tensión y, por lo tanto, propiciaban fuertes recuerdos del evento traumático.

Según los investigadores, el cerebro produce lipocalina-2 con el fin de protegernos de padecer demasiada ansiedad y nos ayuda a hacer frente a diversos acontecimientos vitales adversos. La identificación de la lipocalina-2 puede ayudar a lidiar con el estrés que, si no funciona correctamente, puede llevar al padecimiento de enfermedades psiquiátricas. El estrés relacionado con trastornos psicológicos y mentales es muy común y afecta a más del 30% de la población. Los investigadores que participaron en el estudio se disponen ahora a probar si la lipocalina-2 funciona de la misma forma en los seres humanos, para poder ayudar, en el futuro, a tratar los trastornos de ansiedad y depresión.