Traducido por el equipo de SOTT.net
soil and farming
© Pixabay/CC0 Public DomainEstudios sobre el suelo
Con el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera en las últimas décadas, cada vez es más urgente encontrar estrategias para capturar y retener el carbono. Investigadores de la Universidad Estatal de Kansas (K-State) estudian cómo las distintas prácticas agrícolas pueden afectar a la cantidad de carbono que se almacena en el suelo. Utilizando la Fuente de Luz Canadiense (CLS) de la Universidad de Saskatchewan (USask) y la Fuente de Luz Avanzada de Berkeley (California), analizaron el suelo de un maizal de Kansas que se había cultivado sin laboreo durante los últimos 22 años.

Durante ese tiempo, la granja utilizó una variedad de diferentes prácticas de gestión del nitrógeno del suelo, incluyendo la ausencia de fertilizantes, fertilizantes químicos y fertilizantes de estiércol/compost. Los resultados se publican en el Soil Science Society of America Journal.

El Dr. Ganga Hettiarachchi, catedrático de Química del Suelo y el Medio Ambiente de la Universidad Estatal de Kansas, explicó:
«Intentábamos comprender cuáles son los mecanismos que subyacen al aumento del almacenamiento de carbono en el suelo mediante determinadas prácticas de gestión. Nos fijamos no sólo en el carbono del suelo, sino en otros minerales del suelo que van a ayudar a almacenar carbono».
Como se ha demostrado en otros estudios, los investigadores de K-state descubrieron que la tierra mejorada (tratada) con abono de estiércol o compost almacena más carbono que la tierra que recibió abono químico o no recibió abono. Pero lo más interesante, según Hettiarachchi, es que la luz ultrabrillante del sincrotrón les permitió ver cómo se almacena el carbono: descubrieron que se conservaba en los poros y que parte del carbono se había adherido a los minerales del suelo.


El equipo también descubrió que el suelo tratado con estiércol o compost contenía más carbono microbiano, un indicio de que estas mejoras favorecen la presencia de más microorganismos y sus actividades en el suelo. Además, identificaron minerales especiales en el suelo, prueba, según Hettiarachchi, de que los tratamientos contribuyen a procesos químicos y biológicos activos.
«Que yo sepa, ésta es la primera prueba directa de los mecanismos a través de los cuales las introducciones orgánicas mejoran la salud del suelo, la diversidad microbiana y el secuestro de carbono».
Dado que las imágenes de sincrotrón no son destructivas, los investigadores de K-state pudieron observar lo que ocurría en los agregados (aglomeraciones) del suelo sin tener que romperlo; en esencia, estaban observando la química del carbono en su estado natural.

Hettiarachchi declaró:
«En conjunto, estudios como este nos ayudarán a avanzar hacia prácticas agrícolas más sostenibles y regenerativas, que protegerán nuestros suelos y nuestro medio ambiente y contribuirán a alimentar a una población cada vez más numerosa. Además, comprender el papel de los distintos minerales, sustancias químicas y microbios implicados ayudará a mejorar los modelos para predecir cómo afectan las distintas prácticas agrícolas al almacenamiento de carbono en el suelo.»