"Siria se encuentra ahora bajo la influencia de dos aliados de Estados Unidos, [que son] Israel y Turquía. Tanto Israel como Turquía se garantizarán que la política exterior de Siria se ajuste a los intereses del país norteamericano, que son los intereses de Israel", explica Mansour.
El futuro de Siria como país y como sociedad, así como su integridad territorial, no preocupan a Washington "mientras se cumplan los objetivos de Israel".
Por su parte, los objetivos de la UE en Siria son los mismos que los del Gobierno estadounidense, señala Mansour, aunque con una pequeña salvedad, ya que Bruselas también "espera frenar el flujo de refugiados de la región".
"Si la guerra en Gaza ha demostrado algo, es que los intereses de Estados Unidos e Israel en la región son ahora indistinguibles, y cualesquiera que sean los intereses del Estado judío, corresponde a él a elegir los medios, mientras que Washington aprueba y participa en el cumplimiento de los objetivos israelíes", continúa Mansour.Mientras que antes los objetivos de EEUU en Asia Occidental estaban relacionados sobre todo con la energía, ahora Washington solo quiere garantizar la posición dominante del Estado hebreo en la región, subraya la analista.
"La energía ya no dicta las políticas estadounidenses en la región, solo Israel lo hace", afirma Mansour.
"El nuevo Gobierno sirio no desafiará a Israel. Será un Gobierno débil, sin un verdadero Ejército. Se convertirá en un Estado policial que basará su legitimidad en el establecimiento de una sociedad islamista favorable al mercado y a Israel", predice.
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