El conflicto en Oriente Medio parece avivarse con más fuerza desde que estalló la guerra en octubre de 2023 en la Franja de Gaza, donde Israel ha llevado a cabo ataques constantes que han dejado más de 45.000 muertos, según las autoridades locales.
Ahora es Siria el factor que acaba de agregarse a la ecuación tras la caída del Gobierno de Bashar Asad, pues las fuerzas israelíes han comenzado a invadir territorio sirio (hasta llegar a ocupar alrededor de 600 kilómetros cuadrados) y a realizar ataques contra supuestos objetivos de la organización libanesa Hizbulá y de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI). Todo ello ha dejado más de 365 muertos.
En Yemen la situación no es distinta. Israel, Estados Unidos y el Reino Unido han bombardeado infraestructuras militares y civiles en respuesta a los ataques con misiles y drones de los hutíes contra el Estado hebreo.
La Armada estadounidense desplegó grupos de portaaviones en el mar Rojo para desafiar el bloqueo parcial hutí a la navegación mercante israelí y a la vinculada a Israel. Sin embargo, Washington y sus aliados no han logrado garantizar la seguridad en esa zona estratégica.
Los hutíes, entretanto, han prometido continuar los ataques hasta que Israel ponga fin al, como denuncian, "genocidio" en la Franja de Gaza.
"Tel Aviv está violando los acuerdos con Siria"
Sandra Kanety, académica del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, dijo en entrevista para Sputnik que el Gobierno de Israel violentó los acuerdos de separación firmados en 1974 con Siria, al ocupar una zona de los Altos de Golán, expandir su poder militar a la capital Damasco y que puede agravar la situación humanitaria en la región.
"Israel está manejando la misma situación para expandir su poder. Por un lado, los intereses imperialistas, expansionistas, que comenzaron en Gaza, pero también ha justificado, bajo una idea de defensa, el rompimiento de los acuerdos de separación que firmó con Siria en 1974, en donde se estableció una zona de separación en los Altos de Golán y que ahora está ocupada por la milicia israelí", consideró la experta.La especialista afirmó que esta escalada israelí en Siria podría beneficiar principalmente a Estados Unidos y a Turquía, que mantiene una disputa histórica con los kurdos y que ha funcionado como un aliado de Occidente en ese territorio. Sin embargo, dijo que esta situación podría agravar más la crisis humanitaria de refugiados.
La experta remarcó que el Gobierno israelí también está cometiendo crímenes de guerra y viola las leyes internacionales al atacar sedes civiles en Yemen, como lo hizo con el aeropuerto de Saná, operación que dejó varias personas muertas. "Esto es muy grave, porque es más que evidente que este no fue un objetivo militar", agregó.
Luego de que medios internacionales reportaron que durante este ataque israelí se encontraba presente el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que esta no es la primera agresión de Tel Aviv contra personal de la ONU, pues anteriormente se registraron ataques contra miembros de los cascos azules y médicos.
¿La ONU no puede frenar a Israel?
Sandra Kanety dijo que, aunque las declaraciones de la ONU han sido de condena contra la ofensiva que encabeza Tel Aviv en Gaza y que incluso es considerada como un genocidio, 'no ha cambiado nada en la palestra', pues afirmo que parece ser que el Gobierno de Netanyahu se expande más allá de lo que debe, con sus campañas en Siria y el Líbano.
"No importan cuántas leyes internacionales viole Israel. Lo que tiene muy claro son sus intereses, sus objetivos, es esa expansión territorial que ha justificado históricamente desde perspectivas religiosas.Naciones Unidas, lamentablemente, en este caso no tiene manera de obligar a Israel a acatar las leyes internacionales', menciono.Indicó que, posiblemente la ONU podría tomar acciones para frenar a Tel Aviv mediante decisiones del Consejo de Seguridad, aunque estas podrían ser "fáciles de violar", porque al recaer estas determinaciones en los cinco miembros permanentes, uno de ellos, Estados Unidos, es aliado de Netanyahu y cuenta con el derecho de veto.
La académica destacó que el Gobierno de Israel, encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, consideró al movimiento yemení Ansarolá (hutíes) como un "brazo terrorista" auspiciado por Irán, lo que podría atraer el respaldo del nuevo Gobierno de Donald Trump en su reciente campaña militar.
"Trump ha dicho que Siria no es su lucha y que, por lo tanto, no tendrían que participar en esa guerra. Sin embargo, Trump ha declarado que apoyará a Israel y Arabia Saudita para acabar con cualquier grupo terrorista", consideró.La experta señaló que, aunque el Gobierno del republicano no participe directamente en este conflicto, podría hacerlo mediante operaciones de la OTAN — como interfiere actualmente en el conflicto en Ucrania — o a través de la venta de armamento a Israel. En ese sentido, recordó que Washington y las corporaciones privadas de armamento forman un complejo militar de "gran poder".
'Estados Unidos, junto con corporaciones privadas de armamento, forman un complejo militar de gran poder a nivel internacional, que claro que lucran y generan muchas ganancias de la participación en conflictos armados, y en el caso de Israel no será la excepción", agregó la académica.
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