En un video publicado en X, el líder israelí detalló que, en una reunión de cuatro horas con su gabinete de Seguridad, todos expresaron "su indignación por el estado alarmante en que se encuentran" los rehenes liberados el 8 de febrero por el movimiento palestino.
Por esa razón, dijo Netanyahu, todos acogieron "con agrado la exigencia del presidente Trump de liberar a nuestros rehenes antes del mediodía del sábado".
"Si Hamás no devuelve a nuestros secuestrados hasta el sábado al mediodía, el cese al fuego terminará y las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] volverán a combatir intensamente hasta que Hamás sea finalmente derrotado", amenazó el premier.La víspera, el Movimiento de Resistencia Islámica anunció el aplazamiento de la liberación de rehenes prevista para el 15 de febrero, argumentando que Israel ha incumplido los términos del armisticio.
Según Hamás, el país hebreo no ha cumplido todos los términos del acuerdo, lo que ha provocado el retraso en el regreso de los desplazados al norte de la Franja de Gaza y problemas con la entrega de ayuda humanitaria en el enclave palestino.
Por su lado, el presidente estadounidense Donald Trump prometió que "estallará el infierno" en la Franja de Gaza si Hamás no devuelve a todos los rehenes israelíes antes del mediodía del 15 de febrero.
Al mismo tiempo, el republicano reiteró su plan para el enclave y advirtió que el pueblo palestino no tendrá derecho a regresar a Gaza por el momento debido a que, según él, Washington tomará el control del enclave para construir un "desarrollo inmobiliario para el futuro".
Las intenciones de Trump para Gaza han sido rechazadas por buena parte de la comunidad internacional, el pueblo árabe y los palestinos. Además, diversos expertos se han referido a la pretendida expulsión del pueblo palestino del enclave como una limpieza étnica.
El premier israelí acogió con agrado la propuesta de Trump para la Franja de Gaza, a la que se refirió como una visión "revolucionaria".
El 15 de enero, con la mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos, el Gobierno israelí y Hamás acordaron un alto el fuego por 42 días. La tregua entró en vigor el 19 de enero.
El armisticio llegó tras 470 días de hostilidades, que dejaron más de 46.700 muertos por el lado palestino y unos 1.200 por el israelí. El conflicto se propagó al Líbano y a Yemen, provocando también un intercambio de ataques con cohetes entre Israel e Irán.
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