Traducido por el equipo de SOTT.net

Las fuertes lluvias han provocado operaciones de emergencia, ya que Portoferraio se enfrenta a importantes daños y peligros.
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Las fuertes inundaciones repentinas han causado estragos en la isla de Elba, afectando especialmente a la ciudad principal de Portoferraio, donde cayeron más de 65 milímetros de lluvia en solo una hora. Este diluvio ha provocado grandes inundaciones, y las autoridades municipales y los servicios de emergencia se esfuerzan por responder a la crisis.


El alcalde local recurrió a las redes sociales para advertir a los ciudadanos de la grave situación, declarando: «Situación de emergencia por inundaciones. La situación es extremadamente grave en Portoferraio. No utilicen coches, no vengan hacia Portoferraio y no intenten salir; las rutas de acceso están bloqueadas». Este mensaje urgente pone de relieve los graves riesgos que corren los residentes que han sido sorprendidos por la repentina e intensa tormenta.


Según los informes, los bomberos han trabajado sin descanso para rescatar al menos a 28 personas atrapadas en vehículos atascados en medio del barro y el agua. La rápida subida de las aguas de las inundaciones también ha provocado intervenciones de emergencia adicionales en los hogares, ya que los residentes se han visto aislados y en riesgo de que la subida del nivel del agua invada su seguridad.

El presidente Eugenio Giani se hizo eco de los llamamientos a la precaución del alcalde, y destacó: «El sistema de protección civil y los bomberos de la Toscana están trabajando para ayudar a la población afectada por el aguacero. Se han registrado 65 mm de lluvia en poco más de una hora». Su llamamiento a la seguridad fue acompañado de promesas de apoyo de los equipos de emergencia desplegados en las zonas más afectadas.

Surgieron informes adicionales que detallaban el impacto no solo en Portoferraio, sino también en las zonas vecinas, como Giglio, donde las casas se enfrentaban a amenazas similares por la caída de escombros y la subida de las aguas. Las tormentas provocaron la rápida evacuación de instalaciones vulnerables, como escuelas de baile y otros espacios públicos, para proteger tanto a los menores como a los residentes.

Cuando las lluvias disminuyeron, las secuelas revelaron inmensos desafíos para las autoridades locales. Porciones significativas de las principales carreteras quedaron intransitables debido a los vehículos y escombros sumergidos, lo que paralizó los esfuerzos de los servicios de emergencia para llegar a los que aún estaban varados.

Las inundaciones también han provocado interrupciones crónicas, ya que las ambulancias no pueden llegar a los hospitales debido a los cortes de carretera. En medio de la creciente frustración, los gobiernos locales siguieron pidiendo a los residentes que permanecieran en sus casas y evitaran los desplazamientos innecesarios. «La situación es tensa; permanezcan resguardados y a salvo», reiteraron las comunicaciones de la ciudad.