Traducido por el equipo de SOTT.net

Investigadores de la Universidad Curtin han descubierto el cráter de impacto de meteorito más antiguo conocido en el mundo, lo que podría redefinir significativamente nuestra comprensión de los orígenes de la vida y de cómo se formó nuestro planeta.
Pilabara Impact Crater
© Curtin University
El equipo de la Escuela de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Curtin y del Servicio Geológico de Australia Occidental (GSWA) investigó las capas rocosas de la Cúpula del Polo Norte -una zona de la región de Pilbara, en Australia Occidental- y halló pruebas del impacto de un gran meteorito hace 3.500 millones de años.

El profesor Tim Johnson, de la Universidad de Curtin, codirector del estudio, afirmó que el hallazgo cuestionaba significativamente las hipótesis previas sobre la historia antigua de nuestro planeta.

«Antes de nuestro descubrimiento, el cráter de impacto más antiguo tenía 2.200 millones de años, por lo que éste es, con diferencia, el cráter más antiguo que se ha encontrado en la Tierra», afirmó el profesor Johnson.

Los investigadores descubrieron el cráter gracias a los «conos astillados», formaciones rocosas características que sólo se forman bajo la intensa presión del impacto de un meteorito.

Los conos astillados del yacimiento, a unos 40 kilómetros al oeste de Marble Bar, en la región de Pilbara, en Australia Occidental, se formaron cuando un meteorito chocó contra la zona a más de 36.000 kilómetros por hora.

Este habría sido un gran acontecimiento planetario, que provocó un cráter de más de 100 km de ancho que habría hecho volar escombros por todo el planeta.

«Sabemos que los grandes impactos eran frecuentes en los inicios del sistema solar por la observación de la Luna», afirma el profesor Johnson.

«Hasta ahora, la ausencia de cráteres realmente antiguos significa que han sido ignorados en gran medida por los geólogos. Este estudio proporciona una pieza crucial del rompecabezas de la historia de los impactos en la Tierra y sugiere que puede haber muchos otros cráteres antiguos que podrían ser descubiertos con el tiempo».

El profesor Chris Kirkland, coautor del estudio y también de la Escuela de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Curtin, dijo que el descubrimiento arroja nueva luz sobre cómo los meteoritos moldearon el entorno primitivo de la Tierra.

«Descubrir este impacto y hallar otros de la misma época podría explicar en gran medida cómo surgió la vida, ya que los cráteres de impacto creaban entornos propicios para la vida microbiana, como las charcas de agua caliente», afirmó el profesor Kirkland.

«También mejora radicalmente nuestra comprensión de la formación de la corteza: la tremenda cantidad de energía de este impacto podría haber desempeñado un papel en la formación de la corteza terrestre primitiva, empujando una parte de la corteza terrestre bajo otra, o forzando el ascenso del magma desde las profundidades del manto terrestre hacia la superficie. Incluso puede haber contribuido a la formación de cratones, que son grandes masas de tierra estables que se convirtieron en los cimientos de los continentes».

'A Paleoarchean impact crater in the Pilbara Craton, Western Australia' (Un cráter de impacto paleoarqueano en el cratón de Pilbara, Australia Occidental) se publicó en Nature Communications.