La última ronda de conversaciones nucleares de alto riesgo entre Irán y Estados Unidos ha concluido, y Teherán las ha calificado de difíciles, aunque ambas partes han acordado continuar con las negociaciones.

Un alto funcionario de la Administración Trump ofreció una valoración más positiva y declaró a la CNN que las conversaciones «volvieron a ser directas e indirectas» y duraron más de tres horas, calificándolas de alentadoras.
«Se ha alcanzado un acuerdo para seguir adelante con las conversaciones y continuar trabajando en los aspectos técnicos», afirmó el funcionario, quien añadió que la parte estadounidense se sentía «animada por el resultado de hoy» y esperaba con interés la próxima reunión, «que tendrá lugar en un futuro próximo».
No se ha acordado una fecha para la próxima ronda, aunque Baqaei dijo que la anunciaría el mediador Omán.
El ministro de Asuntos Exteriores de Omán, Badr Albusaidi, dijo que la quinta ronda de conversaciones tendría lugar una vez que ambas partes hubieran consultado a sus líderes. Afirmó que las conversaciones del domingo incluyeron «ideas útiles y originales» que reflejaban el deseo compartido de alcanzar un acuerdo «honorable».
Líneas rojas trazadas
Las conversaciones del domingo tenían como objetivo abordar el programa nuclear de Teherán y levantar las sanciones.
El mero hecho de que se estén celebrando supone un gran avance, ya que se trata de las conversaciones de más alto nivel en años, pero hay pocos indicios de que se esté logrando un progreso sólido.
Ambos países han expresado su voluntad de resolver sus diferencias por la vía diplomática. La cuestión central sigue siendo la exigencia de Irán de continuar enriqueciendo uranio para su programa nuclear, que insiste en que es pacífico, algo que Estados Unidos considera una «línea roja».
El presidente estadounidense, Donald Trump, que viajará a Oriente Medio la próxima semana, ha amenazado con que Estados Unidos recurrirá a ataques militares contra las instalaciones nucleares iraníes, con la ayuda de Israel, si Teherán no llega a un acuerdo con sus interlocutores.
La delegación iraní estuvo encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, quien afirmó antes de que comenzaran las conversaciones que la parte estadounidense «mantiene posiciones contradictorias, lo cual es uno de los problemas de nuestras negociaciones. Hemos dejado claras nuestras condiciones».
Funcionarios iraníes declararon el sábado a la CNN que las recientes conversaciones con Estados Unidos «no eran sinceras» por parte estadounidense. La fuente iraní también reiteró que permitir el enriquecimiento de uranio en territorio iraní es la «línea roja definitiva» de Irán en las negociaciones.
El enviado especial estadounidense Steve Witkoff, que ha estado al frente de la delegación estadounidense, advirtió de que si esta ronda de negociaciones no era productiva, «no continuarán y tendremos que tomar otro camino».
En declaraciones a Breitbart, Witkoff esbozó las expectativas de Estados Unidos para las conversaciones, incluyendo el programa de enriquecimiento de uranio del país. «Nunca más podrá existir un programa de enriquecimiento en el Estado de Irán. Esa es nuestra línea roja. No al enriquecimiento», afirmó.
Irán ha declarado que no renunciará a su capacidad para enriquecer uranio. El país lleva mucho tiempo insistiendo en que no quiere armas nucleares y que su programa tiene fines energéticos.
El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, advirtió el mes pasado que Irán «no está lejos» de poseer una bomba nuclear.
«Es como un rompecabezas. Tienen las piezas y, algún día, podrían acabar encajándolas», declaró Grossi al periódico francés Le Monde.
Comentario: Sin la reciente ruptura de Estados Unidos con Netanyahu e Israel, el acuerdo nuclear con Irán podría haber sido imposible. ¿Ahora? Es muy poco probable. ¿Es esto un avance?