© SDO /NASAUna imagen del impacto contra la Tierra de chorros de plasma solar
Es nuestra fuente de luz y calor, le debemos el mantenimiento de la vida, pero el despertar de su letargo puede resultar catastrófico para la civilización tal y como la hemos concebido. En las últimas semanas, varios estudios científicos han advertido de los peligros que puede suponer para nuestros sistemas energéticos y de comunicaciones una violenta tormenta espacial generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, sobre la superficie del astro rey. La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) ya lo avisó hace tiempo en un impactante informe financiado por la NASA que señalaba la posibilidad, pequeña pero no inverosímil, de que un extraordinario chorro de plasma dejara frita en segundos toda nuestra red eléctrica. Sucedería a partir de 2012, cuando se espera que el Sol encienda su energía a la máxima potencia, y podría dar lugar a un escenario apocalíptico en todo el planeta.
Por si esto fuera poco, nuevas investigaciones sugieren que, de momento, y aunque disponemos de avanzados equipos tecnológicos que trabajan en exclusiva para ello, no somos capaces de prevenir todos y cada uno de estos arranques solares. Una de cada tres erupciones surge por sorpresa, sin previo aviso, lo que, en caso necesario, prácticamente nos impediría protegernos a tiempo. Además, los científicos han descubierto cómo se producen estos tsunamis solares, y su descripción resulta aterradora: no aparecen de forma puntual, sino que se contagian en una especie de dominó y pueden ser tan gigantescos que envuelvan casi por completo toda la superficie del Sol. Un infierno de libro.