(España) - Joaquín Costa escribió en 1903 que "lo que las mayorías hacen con el voto, las minorías lo hacen con la obstrucción". Antes de las elecciones de junio de 2016, Juan Miguel Villar Mir -- el
empresario y ex político que triplicó su fortuna durante la crisis - advirtió de forma apocalíptica: "Lo importante de verdad es que no se nos dé la presencia de Podemos, porque eso desajustaría la economía". A continuación concretó los pormenores de su propuesta: "Hace falta que los dos grandes partidos estén para aprobar los acuerdos fundamentales que hay que hacer". En aquellas mismas fechas, un manifiesto de expolíticos e intelectuales vinculados al PSOE, PP y Ciudadanos
pedía evitar las terceras elecciones y urgía a formar "un Ejecutivo que cuente con el respaldo parlamentario suficiente para impulsar la estabilidad económica en el marco de nuestros compromisos europeos; para adoptar medidas sociales correctoras de las crecientes desigualdades; y para emprender una reforma constitucional que aborde, entre otras cuestiones, la mejora de la articulación territorial".
En septiembre, tras la fallida investidura de Mariano Rajoy, se sucedieron semanas muy tensas. El PP chantajeó al PSOE con elecciones en Navidad, y el golpe palaciego que comenzó con los quejidos de Felipe González y acabó con Pedro Sánchez muerto antes de intentar formar una mayoría alternativa provocó un efecto dominó de consecuencias aún desconocidas. La formación de una gestora en el PSOE impuso, por imperativo, la abstención del Grupo Parlamentario Socialista en la investidura de Rajoy. Poco después, la Gestora
comunicaba las sanciones contra los diputados que votaron no al candidato popular.El 26 de octubre, durante la primera sesión de investidura, Rajoy prometió estar dispuesto a afrontar los retos de la nueva legislatura: "Si hemos de aceptar sacrificios, lo haremos con orgullo por el bien de España". Eran las palabras del nuevo presidente del Gobierno, arropado por Ciudadanos y bendecido, en segunda ronda, por la abstención de un PSOE desgarrado. Sin embargo, ese 'por el bien de España' echó a temblar solo un día después de la reelección. Pedro Sánchez, en la entrevista que concedió a Jordi Évole en
Salvados, confirmó las presiones económicas y mediáticas que había recibido para no formar un gobierno de cambio, y señaló directamente al diario
El País, a Telefónica y su
expresidente, César Alierta, entre los impulsores del movimiento contra Sánchez y su pretensión --nunca explicitada-- de formar una coalición de izquierdas.
El dardo del exsecretario general del PSOE apunta a las empresas del Ibex35, cuya capitalización alcanza el 50% del PIB
- más de 500.000 millones de euros - , y que están dirigidas por 417 consejeros, 67 personas más de las que se sientan en el Congreso de los Diputados.
Estas personas controlan e influyen en empresas que operan en todos los sectores: banca, telecomunicaciones, educación, salud, alimentación, transporte. Un Estado paralelo y privado, o semiprivado, con un apellido propio: sociedad anónima. Entre ellos, destaca una minoría
selectaque se sienta en varios consejos y, entre estos, algunos pueden presumir, además, de mantener privilegiadas relaciones con el Estado.
Se trata de un mundo eminentemente machista, que no conoce el significado de la expresión igualdad (tampoco de género). La presencia de mujeres es casi testimonial: en 2016 hay solo 74 mujeres entre 417 consejeros, 16 menos que en 2015; las ejecutivas han visto reducida su participación desde un 19,6% a un 17,7%.
Estos hombres y mujeres serán la sombra del próximo Gobierno, o mejor el próximo gobierno del Ibex en la sombra: adalides de empresas que cada vez empiezan a pesar más que el Estado. En el camino están los 5.000 millones de recortes que el Gobierno de Rajoy viene anunciando desde hace tiempo y que irán a parar a mejor lugar, como los 2.000 millones de la Obra Social de las cajas, que se transfirieron a los bancos que las adquirieron y a sus accionistas.Los gobernantes conocen el principio de conservación según el cual "la materia ni se crea ni se destruye, se transforma", mejorado de la mano de Joan Mach - precursor histórico del gobierno en la sombra - , que añadió: "El dinero no se destruye, sólo cambia de manos".
Con ustedes, la élite del Ibex35 y, siguiendo el murmullo popular, los ministros de facto del país.
Comentario: Vea también: Españoles, la pensión pública ha muerto