Marte es un planeta que
murió hace miles de millones de años. Pero en el pasado, su aspecto era bastante parecido al de la Tierra.
La superficie estaba cubierta de océanos de agua líquida, la atmósfera atrapaba la humedad y las temperaturas eran más suaves. Y, al igual que en la Tierra, el interior del planeta bullía de «vida» en forma de actividad geológica, y había potentes volcanes soltando calor y materiales al exterior. Como tan solo estaban limitados por una gravedad casi tres veces inferior a la terrestre, les fue más fácil alcanzar alturas enormes. Por eso en Marte hay una docena de grandes volcanes que son entre 10 y 100 veces mayores a sus gemelos terráqueos.
© NASARecreación del Monte Olimpo en Marte. Las erupciones de este supervolcan pudieron cambiar el eje de rotación del planeta en el pasado.
Uno de esos volcanes llegó a lo más alto, y se convirtió con razón en el
Monte Olimpo, el lugar en el que la mitología griega localizaba el hogar de los dioses más importantes del panteón griego.
El fuego de Marte levantó al volcán hasta alcanzar los 25.000 metros de altura, mientras que la montaña más alta en la Tierra apenas llega a los 8.800 metros. Su extensión está cerca de los 624 kilómetros.
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