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© DesconocidoManssor Arbabsiar
Un hombre iraní-estadounidense que funcionarios de Estados Unidos dicen que tiene vínculos con las fuerzas de seguridad de Irán se declaró el lunes no culpable en una corte federal de planear el asesinato del embajador saudita en Washington.

Manssor Arbabsiar, de 56 años, quien fue arrestado el 29 de septiembre en Nueva York, enfrenta varios cargos incluyendo conspiración para asesinar a un funcionario extranjero, conspiración para usar un arma de destrucción masiva y conspiración para cometer un acto de terrorismo.

Otro hombre, Gholam Shakuri, también fue acusado en el complot, pero se cree que todavía está en Irán. Funcionarios estadounidenses dijeron que es miembro de la Fuerza Quds iraní, el brazo operativo encubierto de los poderosos Cuerpos de los Guardias Revolucionarios Islámicos.

Arbabsiar deberá volver a la corte federal de Manhattan el 21 de diciembre para otra audiencia.

Los fiscales estadounidenses acusaron a los dos hombres de planear el asesinato del embajador saudí en Estados Unidos, Adel al-Jubeir, colocando una bomba en un restaurante de Wasnington. El Gobierno iraní niega estar involucrado.

Pero detalles como la naturaleza torpe de Arbabsiar y su confianza en un informante federal estadounidense que se hacía pasar por un integrante de un cártel de drogas mexicano, han generado dudas sobre la seriedad de la trama de asesinato.

La visión consensuada en el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es que el líder supremo de Irán, ayatolá Ali Khamenei, probablemente sabía del supuesto complot mientras que el presidente Mahmoud Ahmadinejad no.

Ahmadinejad ha dicho que Washington había inventado el complot para provocar una pelea entre Teherán y Arabia Saudita y para dominar el Golfo rico en petróleo.

Funcionarios estadounidenses han dicho que Arbabsiar ha confesado su papel en el intento de asesinato.

Durante la audiencia de cinco minutos del lunes, el juez John Keenan preguntó a la abogada defensora Sabrina Shroff si planeaba presentar papeles judiciales cuestionando si la supuesta confesión de Arbabsiar ante las autoridades fue realizada en contra de sus derechos.

"Casi seguro, su señoría", dijo Shroff.