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Millares de personas abarrotaron hoy la Plaza Sabaa Bahrat de la ciudad de Deir Ezzor, de la provincia homónima siria, para expresar apoyo al presidente Bashar al-Assad y al plan de reformas integrales que lleva a cabo.

La televisión muestra imágenes de un mar humano en la céntrica plaza de esa urbe de 212 mil habitantes a unos 432 kilómetros al nordeste de Damasco, la capital.

Los reportes indican que se han sumado a la masiva manifestación residentes de poblados adyacentes que viajaron en caravanas de vehículos hasta la capital provincial para expresar también su respaldo al gobierno de al-Assad y rechazar la intromisión extranjera en los asuntos sirios.

Muchos de los manifestantes portan banderas sirias, fotos del presidente y pancartas, algunas de las cuales agradecen a Rusia y China, y a otros pueblos por el apoyo su país.

En Deir Ezzor y en algunas localidades de esa provincia fronteriza con Iraq se registraron a raíz del inicio de las protestas en marzo pasado actos de violencia azuzados por grupos extremistas que cometieron acciones vandálicas contra instituciones públicas y la población.

Hoy la calma y la estabilidad han vuelto a la región, aseguran las autoridades, y esta inmensa manifestación es reflejo de que la población respalda al gobierno central y al presidente al-Assad.

En los últimos días se han sucedido masivas concentraciones en varias ciudades del país de respaldo a las autoridades, como la multitudinaria que tuvo lugar en Damasco con más de un millón y medio de participantes, según reportaron medios de prensa, para festejar el Día del Árbol de la Familia el pasado miércoles.

Por otro lado, siguen llegando a Damasco representaciones de comunidades de sirios residentes en el exterior, con el propósito de expresar su rechazo a la intromisión extranjera.

Entre estas destacan delegaciones procedentes de Rumanía, Inglaterra, Estados Unidos. Las autoridades les organizan visitas a sitios incluso donde la violencia desatada por los grupos extremistas armados ha ocasionado vandálicos desmanes, para que puedan comprobar la realidad que vive el país.

Además, un grupo de mujeres exparlamentarias y exdirigentes de partidos, así como responsables de agrupaciones sociales de Turquía visitó el fin de semana la ciudad de Aleppo.

Su objetivo fue promover los lazos de amistad entre estos dos países vecinos que comparten una frontera de 880 kilómetros de largo, y entre los que últimamente han aumentado las tensiones debido a lo que Damasco ha denunciado como intromisión del gobierno turco en los asuntos internos.

Medios sirios han acusado a las autoridades de Ankara de azuzar a los sectores extremistas que alimentan a las bandas armadas terroristas dentro del país.

Funcionarios sirios se han quejado de que fueron levantados campos en zonas de la fronteriza provincia turca de Hatay, que ambos países se disputan desde la Primera Guerra Mundial, incluso antes de que comenzaran las protestas en espera de un éxodo de refugiados.

La asesora presidencial política y de prensa Boutahina Shaaban comentó en reseñas para el diario inglés The Independent que constituye un misterio la actuación anti-siria del gobierno de Turquía, cuando Siria le abrió las puertas a ese país al Oriente Medio.