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Activistas de derechos humanos en Estados Unidos denunciaron hoy el uso de cárceles para alojar a inmigrantes indocumentados o solicitantes de asilo, quienes esperan por una decisión gubernamental sobre su deportación.

Según miembros de la Organización Human Rights First, aunque el territorio norteño cuenta con al menos 250 instalaciones para albergar a esas personas, el 50 por ciento de los detenidos por problemas migratorios son trasladados a penitenciarías, donde conviven con criminales.

Diversas informaciones coinciden en que el resto de los aprehendidos en centros de detención son sometidos a un régimen similar al de las prisiones, el cual incluye uso de uniformes, poca libertad y la prohibición de contacto físico durante las visitas de familiares o allegados.

Ante esa realidad, representantes del Programa de Protección de Refugiados de Human Rights First exigieron a la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (AICA) condiciones de reclusión menos agresivas y con mayor seguridad para esas personas.

Al mismo tiempo, expertos en asuntos migratorios y activistas solicitaron alternativas para extranjeros arrestados por falta de papeles legales, sin registros criminales; solicitantes de asilo y otros con residencia, pero con delitos menores.

Cifras de la AICA indican que el año pasado fueron deportadas 393 mil personas, mientras para 2011 la entidad propuso elevar las repatriaciones a 404 mil.

Asimismo las estadísticas refieren un total de 126 fallecimientos entre 2003 y este año, de inmigrantes bajo custodia del organismo gubernamental.

La solución a la situación de los 12 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos persiste hoy como una de las promesas pendientes del presidente, Barack Obama, quien aspira a reelegirse por un segundo mandato en los comicios de 2012.