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© JR Mora
Es muy grande; y no existe disponibilidad de dinero: Los países de la eurozona no tienen previsto prestar asistencia financiera a Italia pese a que su prima de riesgo ha vuelto a marcar máximos y ha superado el nivel que desencadenó los rescates de Grecia, Portugal o Irlanda, según han explicado a Europa Press varias fuentes europeas.

El principal motivo es que "no hay bastante dinero" en el fondo de rescate de la UE para cubrir las necesidades de Italia. De los 440.000 millones de euros teóricamente disponibles, sólo quedan alrededor de 250.000 millones si se descuentan los fondos comprometidos para Irlanda, Portugal y el segundo rescate de Grecia.

"Italia sabe que, dado el tamaño del país, no puede esperar recibir ayuda exterior", dijo la ministra de Finanzas austriaca, Maria Fekter. También la vicepresidenta económica [española], Elena Salgado, ha descartado este miércoles que la UE vaya a diseñar un rescate para Italia.

El fondo europeo de estabilidad financiera está ya autorizado a dar líneas de crédito preventivas a los países sometidos a la presión de los mercados, para evitar que sea necesario llegar a un rescate completo.

Sin embargo, estos nuevos poderes no podrán empezar a utilizarse al menos hasta diciembre, cuando está previsto que se apruebe el refuerzo del mecanismo para que alcance una potencia de 1 billón de euros recurriendo al apalancamiento.

En sus contactos con la UE, el Gobierno de Roma han quitado hierro a la escalada de la prima de riesgo porque prácticamente la mitad de la deuda italiana está en manos de los bancos del país, lo que facilita la refinanciación. La situación es similar a la de Japón, que también tiene un nivel de deuda muy alto pero la mayoría está controlada por las entidades del país, por lo que no necesita recurrir a financiación exterior.

Por todo ello, los países de la UE consideran que no hay nada más que puedan hacer por Italia, aparte de mantener la presión para que acelere los recortes y reformas prometidos con el objetivo de estabilizar su economía y recuperar la confianza de los mercados. Ese es el cometido de la misión de inspectores de la Comisión y del Banco Central Europeo que se encuentra en Roma.

Además, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha pedido al ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, que aclare antes del viernes el calendario y la concreción de las reformas prometidas.

En todo caso, los países de la eurozona confían en que el Banco Central Europeo (BCE) no dejará caer a Roma y seguirá comprando bonos italianos mientras sea necesario, aunque sin reducir en exceso la presión sobre las autoridades del país para que lleven a cabo las reformas.

"El BCE tiene un papel que debe seguir jugando hasta que el cortafuegos del fondo esté en marcha, sea cuando sea", ha dicho esta semana el ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan.