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En su informe semestral sobre perspectivas económicas, el organismo regional afirmó que la tasa de desocupación para el conjunto de 2012 será de 22,9 por ciento y disminuirá muy lentamente a partir de 2013, hasta ubicarse en 22,7 por ciento de media anual.
Al cierre del tercer trimestre del actual ejercicio, la cifra de parados en el país ibérico se ubicó en cuatro millones 978 mil 300 personas se encontraban sin empleo, precisó en octubre pasado el Instituto Nacional de Estadística.
De esa manera, la tasa de trabajadores en la calle se elevó en septiembre a 21,52 por ciento (46 por ciento en el caso de los jóvenes), la más elevada de la Unión Europea (UE) y de los países industrializados.
La OCDE vaticinó, además, que la economía española crecerá 0,7 por ciento en 2011, como consecuencia de la desaceleración del comercio mundial y el impacto de la crisis de la deuda en la zona euro.
Para el venidero año, la institución proyecta una contracción de 0,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en 2013 experimentará una tímida recuperación de 1,3 por ciento.
El alto nivel de endeudamiento del sector privado no financiero y la exposición del sector bancario al pinchazo de la burbuja inmobiliaria seguirá teniendo un impacto importante en la actividad económica, indicó la entidad que reúne a las naciones más industrializadas.
Pese a las dudas que surgen a la vista de los datos de crecimiento, el informe prevé, sin embargo, que España cumplirá su previsión de déficit público para este año, fijada en 6,0 por ciento del PIB.
El gobierno saliente de José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió con la UE a reducir el déficit fiscal al 6,0 por ciento del PIB en 2011, al 4,0 por ciento en 2012 y al 3,0 por ciento en 2013.
La inflación, en tanto, pasaría del 3,0 por ciento al cierre de este ejercicio al 1,4 y 0,9 por ciento los próximos dos años.
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