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© DesconocidoVacuna Pandemrix de la farmacéutica GlaxoSmith Kline
Alemania comenzó hoy a destruir un total de 16 millones de vacunas contra la gripe AH1N1 de la farmacéutica británica GlaxoSmith Kline por un valor de 130 millones de euros por el vencimiento de su fecha de caducidad.

Según informaron las autoridades sanitarias alemanas, el temor a una pandemia en 2009, tras las primeras muertes en México por un brote de gripe porcina en humanos, llevó a los 16 estados federados a adquirir 34 millones de dosis de la vacuna Pandemrix por valor de 283 millones de euros.

Según el Instituto Robert Koch de virología, el índice de vacunación se situó entre el 4 % y el 14 %, dependiendo del estado federado, por lo que del total de vacunas adquiridas sobraron 28,7 millones de dosis.

Hasta este miércoles por la tarde, un total de 196 palés con las vacunas caducadas serán eliminadas por un coste de 14.000 euros a 1.000 grados de temperatura en la planta incineradora de Rothensee, en Magdeburgo, en el este del país.

Para los estados federados supuso un gasto de 239 millones de euros, ya que los seguros médicos públicos sólo asumieron el coste de las dosis utilizadas.

También los estados federados deben asumir ahora la destrucción de las vacunas caducadas distribuidas entre sus respectivos centros sanitarios y facultativos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 18.400 personas murieron como consecuencia de la gripe AH1N1 -que se expandió a 214 países y territorios insulares-, una cifra muy inferior a las entre 250.000 y 500.000 muertes anuales por la gripe estacional.

En Alemania, el Instituto Robert Koch reportó entre mayo de 2009 y abril de 2010 un total de 226.000 casos de contagio por la gripe AH1N1, de los cuales 252 pacientes murieron.

El 75 % de las víctimas mortales eran menores de 60 años; 29 de ellos, niños.

En agosto de 2010, la OMS anunció el fin del brote, con 350 millones de personas vacunadas en todo el mundo catorce meses después de decretar el estado de alerta máxima por gripe A.

Un comité científico se encargó posteriormente de evaluar la actuación de la OMS, tras las acusaciones de que la organización se había dejado influir por la industria farmacéutica a la hora de tomar decisiones.

Finalmente, el comité determinó que no se hallaron "evidencias directas ni indirectas" de la influencia de intereses comerciales.