Imagen
© Desconocido
Revela estudio de universidad londinense que el cerebro de los niños maltratados responde de manera similar al de soldados en un escenario crítico de supervivencia.

De acuerdo con una investigación llevada a cabo por Eamon McCrory, profesor en el Centro Anna Freud de la University College London, el cerebro de los niños situados en un ambiente de violencia y maltrato responde ante una amenaza de manera similar al cerebro de un soldado que intenta sobrevivir en un ambiente de riesgo y peligro.

McCrory evaluó por medio de resonancia magnética los cerebros de 43 niños, 20 aparentemente sanos que habían sido maltratados y un grupo de control integrado por los 23 restantes, provenientes de ambientes seguros. Todos rondaban los 12 años de edad.

Durante el examen se mostró a los niños fotografías con rostros tristes, neutrales y enojados. Ante las caras enojadas los niños maltratados desarrollaron actividad extra en la amígdala y la ínsula anterior, regiones del cerebro involucradas en la detección de una amenaza y la anticipación del dolor. Por un estudio previo se sabe que los soldados en combate tienen una actividad cerebral parecida.

Si bien esta adaptación neuronal podría ayudar a los niños a sobrevivir en sus primeros años, a mediano y largo plazo podría representar una predisposición a trastornos mentales como depresión y ansiedad, consideró McCrory.