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Un grupo internacional de astrónomos dirigidos por Tom Scott en el Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada, España, ha descubierto estelas gaseosas extraordinariamente largas en dos cúmulos de galaxias, que se encuentran entre las estructuras más largas observadas hasta ahora en entornos de esta clase.

Las estelas emanan de CGCG 097-026 y FGC1287, dos galaxias espirales en las afueras del cúmulo de galaxias conocido como Abell 1367, en la constelación de Leo, a una distancia de 300 millones de años-luz. El nuevo hallazgo podría conducir a un cambio importante en el conocimiento científico sobre la evolución de las galaxias.

Los cúmulos de galaxias son las estructuras más grandes en el universo que se mantienen unidas por la gravedad. Cada uno es como una gran metrópolis poblada por galaxias que interactúan entre sí y con su entorno. Éste suele ser rico en gas caliente, atrapado en el campo gravitatorio del cúmulo.

En las últimas décadas, los astrónomos han estado asumiendo que el costo que para una galaxia tiene residir en una de esas "ciudades" es que cuando pasa a formar parte del cúmulo es despojada de su gas hidrógeno frío. Sin este gas, que es el combustible que permitiría en la galaxia la formación de nuevas poblaciones de estrellas, envejece mucho más rápido que sus homólogas que permanecen fuera de los cúmulos de galaxias.

Lo descubierto por el equipo de Scott seguramente obligará a remodelar esa teoría, ya que demuestra que las galaxias pueden ser despojadas de buena parte de su gas antes de incluso de entrar en la periferia de un cúmulo de galaxias.

El hallazgo de esas largas estelas gaseosas dejó atónitos a los astrónomos. Las longitudes estimadas de esas estelas son de entre 9 y 10 veces mayores que el tamaño de las galaxias de las que provienen. En ambos casos, la cantidad de gas hidrógeno frío en la estela es aproximadamente la misma que queda en el disco de la galaxia. En otras palabras, estas galaxias ya han dejado atrás la mitad de su combustible para la formación de estrellas antes de entrar en la esfera de influencia del cúmulo.

El origen de estas extraordinarias estelas es todavía un enigma para la ciencia, y tal vez requieran de algún mecanismo físico que no ha sido considerado antes.