Mercurio
© NASA / Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory / Carnegie Institution of WashingtonMercurio
Mercurio, el más pequeño de los ocho planetas de nuestro sistema solar, tiene un diámetro de unos 4.900 kilómetros, es el más cercano al Sol, y, visto de lejos, se parece más a la Luna que a la Tierra.

Mercurio posee un campo magnético global, y atendiendo a ciertos criterios geofísicos, debería ser un campo tan potente como el de la Tierra, pero no lo es. De ahí que la pregunta, que ha permanecido sin respuesta durante mucho tiempo, sea: ¿Por qué el campo magnético de Mercurio es mucho más débil que el de la Tierra?

Los campos magnéticos planetarios son generados por flujos en los calientes núcleos de hierro líquido de los planetas.

Las mediciones hechas por la sonda espacial Mariner 10 en 1974-75 demostraron que Mercurio tiene un campo magnético. De acuerdo con los modelos comúnmente aceptados, el efecto de dínamo en el núcleo metálico de Mercurio debería generar un campo magnético similar al de la Tierra. Sin embargo, el campo magnético de Mercurio es 150 veces más débil que el de nuestro planeta. Esto ha sido confirmado recientemente por la sonda espacial Messenger de la NASA.

¿Cómo puede explicarse la gran discrepancia en la fuerza del campo? Esta pregunta ha sido contestada ahora por científicos de la Universidad Técnica de Braunschweig y el Instituto Max Planck para Investigación del Sistema Solar

El equipo de Karl-Heinz Glassmeier y Daniel Heyner ha llegado a la conclusión de que el viento solar contrarresta el efecto de la dínamo interna de Mercurio y por lo tanto debilita su campo magnético.

A una distancia media del Sol de tan sólo 58 millones de kilómetros (aproximadamente un tercio de la distancia existente entre la Tierra y Mercurio), el planeta más próximo al Sol está mucho más expuesto al viento solar (un flujo constante de partículas cargadas) que la Tierra.