Océano en Marte
© NasaImagen reciente de la superficie del planeta rojo.
La Agencia Europea del Espacio (ESA) informó ayer que su satélite Mars Express logró obtener pruebas de que un océano cubrió una parte de la superficie de Marte, algo sobre lo que ya existían sospechas, pero que todavía sigue siendo objeto de controversia.

El estudio partió de los datos proporcionados durante más de dos años por el radar Marsis, que se desplegó en el planeta rojo en 2005 y que les permitió a los científicos descubrir que las planicies del hemisferio norte están cubiertas de material de baja densidad.

Jéremie Mouginot, del Instituto de Astronomía Planetaria y Astrofísica de Grenoble (IPAG), aseguró a través de un comunicado de la agencia europea que esos compuestos parecen ser depósitos sedimentarios, lo que supone "una prueba nueva y sólida de que en otro tiempo hubo un océano".

El hecho de que Marte estuviera parcialmente cubierto por un océano era una hipótesis que ya planteaba la comunidad científica, pero este nuevo estudio aporta uno de los mejores indicios para confirmarlo.

No obstante, la certeza sobre la formación de esa masa de agua sigue siendo vaga y se cree que pudo haberse originado hace 4000 millones de años, cuando había en ese planeta condiciones meteorológicas más clementes, o hace 3000 millones, cuando la capa de hielo de la superficie se fundió tras un gran impacto.

El jefe del equipo del IPAG, Wlodek Kofman, explicó que Marsis penetró unos 60 u 80 metros debajo de la superficie del planeta rojo y que en todo ese margen se vieron pruebas de material sedimentario y de hielo.

En el tiempo

Los científicos descartan de momento que ese océano se haya mantenido el tiempo suficiente como para permitir el desarrollo de vida, y aseguran que para encontrar pruebas de eso habrá que remontarse a épocas anteriores de la historia de ese planeta.

Este nuevo estudio, sin embargo, marca un punto de inflexión, porque hasta el momento los datos anteriores del Mars Express sobre la existencia de agua en Marte procedían del estudio de imágenes o de información mineralógica o atmosférica, pero no de una visión tan cercana con las referencias del radar.

Y, al mismo tiempo, sus conclusiones abren nuevos interrogantes sobre el paradero de toda esa cantidad de agua. Por lo tanto, según indicó el comunicado, el satélite continúa con sus investigaciones.