La Justicia de Milán pidió esta sentencia para el ex primer ministro por el caso Mills, por el que está acusado de pagar u$s600.000 a un testigo falso. Il Cavaliere deberá afrontar cargos también por prostitución de menores.
Berlusconi
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El fiscal de Milán pidió hoy cinco años de cárcel para el empresario y ex presidente del gobierno italiano Silvio Berlusconi por el delito de corrupción en acto judicial durante el juicio por el llamado caso Mills.

El fiscal del caso, Fabio De Pasquale, terminó hoy su alegato con la petición de cinco años de reclusión para Berlusconi, y aseguró que la defensa del ex mandatario está basada en "documentos falsos" o, "mejor dicho, en documentos fabricados a propósito".

Asimismo, consideró que "el delito no prescribió, y que lo hará entre principios de mayo y mediados de julio, si se tiene en cuenta la fecha en la que se cometió el delito y todos los aplazamientos que tuvo el proceso ante la ausencia de Berlusconi por el llamado legítimo impedimento".

Tras la petición del fiscal, el juicio llega a su fin, aunque podría no emitirse una sentencia, pues el Tribunal de Milán ahora tendrá que decidir cuál es la fecha de prescripción del delito, que según los abogados de Berlusconi ya fue el pasado 3 de febrero.

El caso Mills se refiere al supuesto pago de 600.000 dólares por parte de Berlusconi a su ex abogado, el británico David Mills, a cambio de que este falseara a su favor su testimonio en dos juicios a finales de los años noventa, permitiendo que el mandatario quedara absuelto.

Berlusconi aseguró que no recuerda haber conocido a Mills porque era uno de los muchos abogados que el grupo Fininvest (de su propiedad) tenía en el extranjero y que los 600.000 dólares corresponden al pago en dinero negro al letrado por parte del armador italiano Diego Attanasio para eludir al fisco británico.

El propio Mills declaró en varias ocasiones durante el juicio contra Berlusconi que se inventó la historia sobre el dinero que supuestamente recibió del ex primer ministro y se justificó diciendo que lo había hecho porque temía al fisco británico, pues el dinero provenía de una minuta en negro del armador italiano.

Sin embargo, Attanasio, también llamado a declarar durante el juicio, negó todos los argumentos esgrimidos por la defensa de Berlusconi y afirmó que el dinero que recibió Mills no era suyo.

El fiscal pidió a la Corte que tenga en cuenta para su veredicto que Mills fue condenado en primera y segunda instancia por mentir en un proceso judicial y en estos se comprobó que lo había hecho previo pago de 600.000 dólares.

Una sentencia que fue corroborada por el Tribunal Supremo italiano, aunque esta corte declaró prescrito el delito.

El caso Mills es uno de los cuatro juicios que Berlusconi tiene abiertos en Milán, junto al caso Ruby (incitación a la prostitución de menores y abuso de poder) y el de Mediaset (fraude fiscal). También tendrá que sentarse en el banquillo por el caso Unipol, en el que se le acusa de participación en la revelación de secreto profesional.