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Roma - La salida a la luz de dos nuevos documentos confidenciales de la Santa Sede reavivó ayer el escándalo "VatiLeaks", como fue bautizada la inédita fuga de noticias que, desde fines de enero, sacude al Vaticano.

Una vez más, fue el diario de izquierda Il Fatto Quotidiano el que tuvo la primicia. Ayer publicó dos cartas, una escrita por el número dos de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, segundo del Papa -considerado por los expertos el blanco oculto de la filtración de documentos-, al cardenal Dionigi Tettamanzi, ex arzobispo de Milán y papable en el cónclave de 2005. La otra, escrita por Tettamanzi a Benedicto XVI.

Las epístolas reflejan una evidente lucha de poder entre los dos purpurados por el control del Instituto Giuseppe Toniolo, poderosa "caja fuerte" del Vaticano, ya que controla la Universidad Católica del Sagrado Corazón, el ateneo privado más grande de Europa, el famoso e inmenso Policlínico Gemelli de esta capital -donde estuvo varias veces internado Juan Pablo II-, una editorial y diversas propiedades.

En la primera carta, fechada el 24 de marzo de 2011, Bertone, "primer ministro" del Papa, prácticamente lo echa a Tettamanzi de su cargo de presidente del Istituto Toniolo, aduciendo como motivo "la renovación querida por el Santo Padre". En la segunda, un Tettamanzi evidentemente furioso le escribe al Papa para expresarle su "profunda perplejidad" con respecto a "lo que se le atribuye a su persona", es decir, la decisión de sacarlo de su puesto que le había comunicado en la carta anterior Bertone.

La disputa por el Istituto Toniolo -en la que terminó ganando Tettamanzi, que sigue estando en su cargo- en verdad había trascendido el año pasado. Pero se desconocían semejantes detalles, que volvieron a dejar en claro la existencia de una lucha intestina entre las altas jerarquías de la Iglesia. Las cartas volvieron a dejar mal parado a Bertone, muy cuestionado en sectores de la curia romana, el gobierno central de la Iglesia, por su intromisión en asuntos que van más allá de su esfera.

La filtración de estos documentos que deberían haber quedado guardados bajo llave en la Secretaría de Estado fue sólo la última de una serie -que muchos creen que seguirá-, que el 13 de febrero pasado el vocero de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, comparó con el WikiLeaks que golpeó en su momento a Estados Unidos. Lombardi tildó la inédita fuga de documentos "ilegalmente" sacados de la Santa Sede como muy "triste" y "desleal", ya que apunta a desacreditar la imagen de la Iglesia.

El "VatiLeaks" comenzó a fines de enero, cuando un programa de TV reveló la existencia de una carta que le escribió el actual nuncio en Estados Unidos, Carlo María Vigano, ex número dos del Governatorato , al Papa, para denunciar "corrupción" en el seno del pequeño Estado. Luego se filtraron otros documentos, entre ellos una carta anónima que advertía sobre un complot para matar al Papa, tildado de "delirante" por el Vaticano.