Suicidio
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Los solicitantes de asilo no se quitan la vida con el fin de conseguir un permiso de residencia para sus hijos. Esa es la convicción del psiquiatra Kees Laban, quien asesora a peticionarios de asilo con problemas psicológicos. "Los refugiados se suicidan por desesperación". Y, según Laban, Holanda puede hacer mucho más para impedirlo.

Esta semana, Alain Hatungimana, de Burundi, puso fin a su vida en Culemborg. Los medios holandeses sugirieron que el refugiado africano de 36 años se suicidó porque sería deportado dentro de poco. Con su muerte habría querido forzar que sus hijos, de 12 y 14 años, pudieran permanecer en Holanda. Su madre había muerto a consecuencia de la guerra en Burundi.

Recurso de apelación
Un portavoz del Ministerio de Inmigración, Integración y Asilo desmiente que Hatungimana fuera a ser deportado en breve. "Todavía había un recurso de apelación pendiente, cuyo resultado podía haber esperado en Holanda. A comienzos de marzo fue acogido en una clínica psiquiátrica debido a que necesitaba atención urgente. Su salud mental habría influenciado la decisión para el otorgamiento de un estatus de asilado".

Alain Hatungimana no es el primer solicitante de asilo que comete suicidio. Una investigación del Servicio de Salud Mental (SSM) establece que entre 2002 y 2010, 40 peticionarios pusieron fin a sus vidas. Otros 290 lo intentaron. La cifra es mayor al promedio en Holanda.

La política de asilo ocasiona más problemas psíquicos
Muchos solicitantes de asilo tienen intenciones suicidas y problemas psíquicos, según la experiencia del psiquiatra Kees Laban. "Los problemas aumentan debido a la política cada vez más severa de asilo de Holanda. La gente ya llega con traumas. El esperar infructuosamente en centros de asilo, en prisiones, no poder trabajar y los largos procedimientos legales de asilo causan que los problemas psíquicos aumenten. Cuando llega la amenaza de deportación, el suicidio parece ser el único camino".

Laban realizó una investigación entre 300 refugiados de Irak. Entre la gente que lleva más de dos años en Holanda, dos tercios tuvo problemas psiquiátricos. Aquellos que estaban menos tiempo en Holanda no mostraban esos problemas.

Intenciones de suicidio
En su trabajo como siquiatra, Laban habla diariamente con solicitantes de asilo sobre intenciones de suicidio y cómo superarlas. "El que tengan hijos es un factor importante. Pero si se imaginan que con un suicidio pueden salvar a sus hijos, entonces ocurre lo de Culemborg", dice.

El médico constata a menudo que la desesperación aumenta y que la gente ya no está en condiciones de tomar decisiones razonadas. "En algunos casos ordenamos la internación de esa gente. Los que todavía pueden pensar conscientemente entienden que el suicidio es una carga enorme para sus hijos".

La condición psíquica no cuenta
Los solicitantes de asilo son difíciles de tratar ya que su situación es desesperada, dice Laban. "Para tener esperanza ayuda mucho ser visto y oído, y sentirse parte de la sociedad. Si esa esperanza desaparece y surge el peligro de la deportación, mantenemos un control mucho más cercano de los refugiados y los invitamos más a menudo a tener conversaciones".

Según Laban, para establecer un estatus de asilo cada vez se toma menos en cuenta la condición psíquica de la persona. "Es lamentable que personas con problemas psiquiátricos y ataques de pánico sean deportadas, cuando sabemos que en su propio país no tendrán tratamiento".

Medidas para prevenir suicidios
Holanda puede hacer mucho más para prevenir suicidios entre solicitantes de asilo, considera Laban. La forma de trabajo en los centros de asilo tiende actualmente a ser un sistema más pasivo que antes, y los funcionarios no tienen tanto entrenamiento para detectar las señales y combatir los problemas psíquicos. Los peticionarios de asilo a menudo son movidos de un sitio a otro, aunque no se trata de un simple traspaso de lugares. La medida los lleva a perder el contacto.

A comienzos de este año, los lineamientos para las señales y tratamientos del comportamiento suicida fueron hechos más severos. Los ministros Leers, de asuntos de asilo, y Schippers, de Salud Pública, calificaron los suicidios de lamentables pero imposibles de descartar. Ni siquiera con un buen cuidado médico, psicológico y psiquiátrico.