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© AFPCentenares de ancianos y personas vulnerables fueron alojadas en refugios improvisados, en la localidad de Finale Emilia, el epicentro del temblor.
Decenas de réplicas del terremoto que el domingo sacudió el noroeste de Italia, se registraron en la región durante toda la jornada de ayer, causando pánico a los cerca de 5.000 desplazados que se preparan a pasar su segunda noche fuera de casa.

Las réplicas, cerca de cien, se sintieron sobre todo en las zonas de Mirandola, San Felicia y Finale Emilia, a 36 kilómetros al norte de Bolonia, la localidad donde se situó el epicentro del primer temblor. Una de ellas alcanzó una magnitud de 4,1 grados, eco del primer temblor de 6 grados que sacudió la región la madrugada del domingo y que dejó seis muertos en esa zona industrial y densamente poblada.

El número de desplazados aumentó de 3.000 a 5.000 y fueron instalados en varias estructuras locales, indicó el prefecto de Ferrara, Luigi Mauriello. Según los servicios de emergencia, docenas de personas también resultaron levemente heridas tras el terremoto y numerosos monumentos históricos quedaron en ruinas.

Cunde el miedo

Temiendo el derrumbe de nuevos edificios, centenares de italianos pasaron la noche del lunes en sus coches mientras otros van a dormir en refugios temporales instalados por las autoridades locales con camas, mesas y sillas.

El temblor ocurrió tres años después de otro sismo, de magnitud 6,3, que sacudió en marzo de 2009 la ciudad de l'Aquila dejando 300 muertos y decenas de miles de personas sin techo. La noche es el momento más difícil, sobre todo porque del domingo al lunes se sintieron no menos de 24 réplicas en la zona, cuatro de ellas con una magnitud de al menos 3 grados.

Millones en queso

El terremoto también provocó el derrumbe de un almacén donde se guardaban quesos de denominación Parmesano y Grana Padano por un valor estimado de más de 250 millones de euros, indicó un responsable local. Los productores iniciaron una carrera contra reloj para intentar salvar el renombrado queso.

Peligra patrimonio

La región de Emilia-Romaña es una de las más industrializadas de Italia y alberga tesoros artísticos y arquitectónicos. El centro histórico de Ferrara forma parte de la lista del patrimonio mundial de la UNESCO. El techo de una capilla del siglo VI, en la localidad de San Carlo, cuya restauración llevó ocho años, se derrumbó y dejó al aire libre las estatuas de ángeles que hay en el interior.

"Mil años de historia han desaparecido", comentó destrozado el alcalde de Finale Emilia, Fernando Ferioli.