Volcán submarino de Nueva Zelanda
© Desiree Martin /AFP/Getty ImagesAmpliar foto
Manchas y piedras pómez en el mar de Nueva Zelanda.
Al suroeste de la isla Raoul de Nueva Zelanda, cerca del arco de Kermadec, la Fuerza de Defensa del país, detectó un área de mar cubierta de piedras pómez, flotando en una extensión de 250 millas náuticas (460 Kilómetros) de largo por 30 millas de ancho (55 Kilómetros), informó Radio de Nueva Zelanda.

El teniente Tim Oscar, un oficial de la Marina Real Australiana, cercana a la Armada Real de Nueva Zelanda, informó que vio lo que él describe como la cosa más extraña que ha visto en 18 años en el mar.

"El vigía informó una sombra en el mar delante de nosotros", relató después que una patrulla de la Fuerza Aérea informó de un "fenómeno" extraño.

"Con antelación pude observar que era una balsa de piedra pómez moviéndose hacia arriba y hacia abajo con el oleaje", declaró el teniente.

Más tarde, los científicos del equipo GNS Science de Nueva Zelanda, tomaron algunas muestras de la piedras y declararon que creen vienen del volcán submarino Monowai, a largo del arco de Kermadec.

El aglomerado de piedras flotantes es de un gran tamaño, por lo que hace pensar en una importante actividad volcánica, pero también, hace más difícil encontrar el sitio exacto de la fuente, ya que la zona tiene numerosos volcanes.

Este descubrimiento de la actividad volcánica submarina, se suma a la activación del volcán, Isla Blanca, frente a la costa del país y el volcán Tongariro, en la isla Norte, en menos de una semana.

Isla Blanca

El volcán, Isla Blanca, o también llamado Whakaari, a 48 Kilómetros de la costa, se activó esta semana con una alerta nivel 2, en la escala de 1 a 5 y con alerta naranja para la aviación. Se detectó temblor volcánico débil y una pluma de baja altitud, con cenizas de vapor de gas, de menor importancia. Durante los últimos días el color de la pluma ha ido cambiando entre el gris claro y blanco, según varía el contenido de cenizas, informa Geonet.

"Los visitantes de la isla, White, se encuentran ahora en un alto nivel de riesgo, sobre todo, cuando se aproximan al cráter activo. Las erupciones explosivas pueden ocurrir en cualquier momento con poco o ningún aviso", advirtieron los geólogos.

Otros riesgos adicionales a los visitantes de la isla, incluyen los efectos sobre la salud de la ceniza volcánica y la exposición de gases ácidos, incluyendo problemas respiratorios, de piel y la sensibilidad de los ojos a los gases ácidos. "Le aconsejamos un alto nivel de precaución si visita la isla", advirtieron.

Whakaari es uno de los volcanes de Nueva Zelanda más activos con una continuidad en los últimos 150.000 años. Alrededor del 70 por ciento del volcán se encuentra bajo el mar, haciendo de esta enorme estructura volcánica una de las más grandes de Nueva Zelanda.