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“Espejito, espejito, dime una cosa, ¿quién es de todas las damas de éste reino la más hermosa?”
La malvada madrastra de Blancanieves posiblemente no necesitara esperar a la respuesta del solícito espejo, porque seguramente sin su ayuda ella ya se veía reflejada más atractiva de lo que en realidad era. Y es que, gracias al fenómeno conocido como "wishful seeing", tendemos a ver la realidad, y a nosotros mismos, de una forma consistente con nuestros deseos, motivaciones y expectativas. En alguna medida, vemos las cosas no tanto como son, sino como nos gustaría que fueran.

En el último número de The Psychologist, Emily Balcetis, de la Universidad de Nueva York, repasa la evidencia empírica sobre este curioso fenómeno, incluyendo algunos de sus propios hallazgos. El paradigma experimental en que se basan estos estudios suele ser sencillo pero efectivo. Aquí va mi propia versión, simplificada y adaptada con fines didácticos.

Comenzamos nuestro particular experimento... Imagina que un programa de ordenador va a elegir presentarte un estímulo que representa la imagen de un animal. En su banco de imágenes, el ordenador dispone de dibujos de aves y de animales mamíferos. Si sale un mamífero, tendrás que dejar de leer este post e ir a cantar I Will Survive, de Gloria Gaynor, a la primera persona con la que te cruces, sin más explicaciones (por favor, visualiza esto, es bastante aterrador...). Si sale un ave, puedes seguir adelante leyendo, lo que probablemente te ahorrará una situación embarazosa. Bien, ahora el ordenador se pone a trabajar...

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¿Qué animal ves aquí?
Muy posiblemente, en la figura has visto -con gran alivio- la imagen de un pato. ¡Es un ave! ¡No hay que cantar! Pero lo cierto es que se trata de una imagen ambigua, que puede interpretarse como un pato o como un conejo. Sin embargo, nuestro deseo de evitar una situación temida nos llevaría, en muchos casos, a ver un pato...

Obviamente, los experimentos de Balcetis y sus colaboradores son más complejos e incluyen numerosos matices, de los que he prescindido, pero el ejemplo anterior puede darnos una idea intuitiva del procedimiento. El fenómeno de "wishful seeing" parece operar en una amplia variedad de situaciones, todas las cuales tienen como denominador común el hecho de que nuestros deseos acaban induciéndonos una percepción determinada, por más que ésta no se ajuste del todo a la realidad. Y no es que la persona finja para evitarse una situación aversiva, o al contrario, para obtener una recompensa. Tampoco se trata de un "autoengaño" consciente, ni de una racionalización amable de la realidad. Más bien, se trata de una forma de procesar los estímulos visuales que ocurre de manera automática y veloz. Ahí van algunos ejemplos, citados por Balcetis (2014), en los que se puede rastrear la presencia de este fenómeno...
  • Las personas tienden a verse a sí mismas más atractivas de lo que realmente son. ¡Y más aún si se trata de personas con alta autoestima!
  • Después de mirar fotos de personas "no muy agraciadas" o feas, nos veríamos a nosotros mismos más guapos de lo que somos.
  • La cara de una "mala" persona nos resulta más saliente que la de una "buena". Tendemos a ver caras que reflejan emociones negativas, como el miedo o el asco, más que aquellas otras que reflejan expresiones neutras. En suma, la motivación para evitar amenazas potenciales afectaría a nuestros procesos perceptivos.
  • Los hombres heterosexuales perciben las fotografías de mujeres desnudas más fácilmente, mientras que los hombres homosexuales perciben más fácilmente los desnudos masculinos.
  • Las personas sedientas ven un vaso de agua como si fuera de mayor tamaño y una botella de agua como si estuviera más próxima.
  • De manera similar, las personas pobres tienden a percibir las monedas con un tamaño mayor, y el dinero aparenta estar más próximo para los estudiantes que andan cortos de dinero.
  • Aquellos que acaban de sufrir rechazo social son mejores reconociendo sonrisas reales y diferenciándolas de sonrisas falsas.
  • Los pacientes con dolor de espalda crónico perciben que las distancias son mayores, en comparación con las personas sanas.
  • Las personas con bajos niveles de azúcar en sangre estimaban que una colina era un 14% más escarpada, en comparación con aquellos otros que acababan de tomar un refresco azucarado y que por tanto se sentían "con más energía".
El fenómeno de "wishful seeing" nos recuerda de nuevo que nuestro sistema perceptual nos prepara para la supervivencia, más que para ver la realidad tal cual es. Como afirma Emily Balcetis, posiblemente este efecto nos ayuda a actuar de manera acorde con nuestros objetivos y propósitos; en definitiva, se trata de percepciones sesgadas, pero que motivan a la persona a seguir adelante con sus metas. Y es que sería muy duro si cada día, al levantarnos, el espejo nos dijera que somos más feos de lo que realmente somos, o percibiéramos que los retos que nos aguardan son más difíciles de lo que aparentan.

Puedes acceder al artículo de Balcetis (2014) aquí.

Foto de encabezamiento: Drawing fairest illustration mirror quote Snow-White, by Jerine Lay

Balcetis, E (2014). Wishful seeing The Psychologist, 27 (1), 22-25