"Prácticamente todo este paso de gases, fuertes gases, es lo que nosotros estamos recibiendo a través de nuestras estaciones de monitoreo - especialmente las sísmicas ubicadas en la parte alta del volcán - y esto se traduce en las altas vibraciones que hemos estado observando", dijo Eduardo Gutiérrez, vulcanólogo.
Según la medición de amplitud sísmica en tiempo real (RSAM), los promedios de ayer variaron entre 973 y 602 unidades; los niveles incluso son mayores que los registrados durante la erupción de diciembre del año pasado.
La vibración sísmica en promedio hora osciló entre 578 y 954 unidades RSAM, desde las 8 de la mañana del sábado hasta las 9 horas de ayer, con un promedio de 811 unidades.
"El sistema se encuentra muy inestable y sugiere la ocurrencia de inyecciones magmáticas profundas liberando fluidos calientes (gases y vapor de agua), haciendo vibrar grietas y conductos dentro del volcán, lo que puede ser precursor de actividad eruptiva de mayores proporciones, ya sea a través del cráter central o por sus flancos", indica el informe 186 emitido ayer por el MARN.
Mientras que la lectura de gases indica que hay una emisión de hasta 1,000 toneladas diarias.
"Hemos pedido también a nuestra red de observadores locales que pongan plástico para poder recolectar esta ceniza que está cayendo. ¿Por qué? Porque al tener esta ceniza nosotros la podemos analizar y verificar de que se trate de un material juvenil", agregó Gutiérrez.
La red de monitoreo registró 320 microsismos (no sentidos), todos ellos localizados en el flanco norte del volcán.
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