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En un estallido de hartazgo, de furia y de valentía que ha superado con creces los pronósticos de los especialistas en Oriente Medio tras la caída de Ben Alí en el pequeño vecino de Túnez, los egipcios han salido a las calles haciendo cimbrar no sólo al gobierno autocrático y represivo de Hosni Mubarak, con 82 años y 30 en el poder, sino también a la economía mundial y a la ya de por sí debilitada estrategia de EU en el área luego de siete años de guerra en Irak (2003-2010), cuyos efectos le rebotan hoy a Washington como un bumerang.

Ayer, los precios del petróleo superaron por primera vez en dos años los 100 dólares por barril, y el titular de la OPEP, Abdallah ElBadri advirtió que las tensiones en el país con mayor población árabe (más de 83 millones), en su mayoría sunita, como Arabia Saudí, podrían causar una "escasez" de petróleo si se llegase a afectar el paso estratégico del Canal de Suez.

Si pensamos que el alza sostenido de los combustibles en el último semestre de 2010, unido al de los alimentos a causa de las inundaciones bíblicas en distintas zonas del planeta, están en la base de los estallidos sociales por su impacto en la inflación y el subsiguiente recorte en los subsidios y el empleo - sumado a décadas de frustración política y democrática - la crisis en Egipto podría ser el detonante de un escenario similar a las insurrecciones civiles de la década de 1970 en África o América Latina.

A una semana del inicio de las protestas, las agencias de noticias reportan un país parcialmente paralizado y la salida de centenares de millones de dólares de los egipcios y los inversionistas extranjeros, mientras algunas empresas del exterior anunciaban la suspensión de sus actividades, como el gigante marítimo y petrolero danés, A. P. Moller-Maersk, la cementera francesa Lafarge y el constructor automovilístico Nissan. Otros emporios como Saint-Gobain o France Telecom han decidido seguir operando pero procedieron a evacuar al menos a una parte de sus empleados.

En tanto, los temores de un gobierno egipcio "a la iraní" también cimbraron a la administración de Benjamin Netanyahu. Según el diario israelí Haaretz, Tel Aviv le habría hecho llegar un mensaje a EU y la Unión Europea pidiéndoles apoyar la estabilidad del régimen de Mubarak. Así se pronunciaron ayer los europeos desde Bruselas llamando a Mubarak a comprometerse sin dilación con la oposición con verdaderas reformas democráticas y a convocar elecciones libres.

Pero no es esto lo que están exigiendo los egipcios y harán muy mal, de nueva cuenta, los países europeos y Washington si siguen prestando atención en Oriente Medio a los intereses de Israel por encima del resto.