Se trata del río Sambingo, ubicado en el departamento del Cauca, al suroeste de Colombia. Un riachuelo que debido a la abundancia que antes poseía, fue protagonista en diciembre del 2014 de una tragedia invernal que mató a cinco personas.

Rio Sambingo
© Ejercito Nacional de ColombiaEl caudal está completamente seco y los explotadores de la minería ilegal se aprovechan de la situación.
Efectivos militares de la tercera División del Ejército Colombiano se encontraban realizando operaciones contra las actividades mineras ilegales en el departamento del Cauca (suroeste), pero en el camino se encontraron con un hecho sorprendente: la desaparición del primer río en el país, a causa del fenómeno El Niño y la minería ilegal.

Un hecho que ha causado asombro y preocupación, puesto que desde el inicio del fuerte verano, los medios y la comunidad en general concentraron sus miradas en los niveles de los dos ríos más importantes del país: el Magdalena y el Cauca.

Mientras la atención estaba enfocada en estos riachuelos, en una apartada región, considerada una de las estrellas pluviales de Colombia, ocurría lo impensable: la desaparición del río Sambingo.

La minería ilegal también influyó

A través de un comunicado, el Ejército confirmó que en el lugar fueron encontradas cinco máquinas retroexcavadoras, una clasificadora y otros elementos de extracción estimados en 400 millones de pesos, una cifra irrisoria comparada con los tres mil millones aproximados que los delincuentes devengaban por la mina mensualmente, destacaron medios locales.
"Para la recuperación de la zona, se requerirían cerca de 100 mil millones, lo que equivale a la construcción de cerca de tres mil viviendas de interés social y casi 100 años de trabajo ambiental, para lograr la reforestación y recuperación de los niveles básicos de habitabilidad", reza el comunicado.
En el documento, no fue dejado a un lado la sorpresa de las imágenes desoladas y de sequía de uno de los ríos más caudalosos e importantes de la región.
"No podíamos creerlo. Ver ese panorama nos produjo muchísima tristeza, rabia y dolor", expresó un suboficial que estuvo en la operación.