La ciencia ya tiene una respuesta para el llamado 'efecto de la primera noche'.

Cuando nos acostamos en un hotel tras un largo viaje, uno sueña empezar con buen pie las vacaciones de su vida. Sin embargo, a la mañana siguiente solemos despertarnos hechos polvo. Ahora hay una explicación científica de este fenómeno.
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© David Moir / Reuters

Resulta que la primera noche que pasamos en un lugar desconocido, la mitad de nuestro cerebro se mantiene en actitud vigilante y duerme solo levemente por si el nuevo ambiente resulta ser inseguro.

Un grupo de investigadores de la Universidad Brown (Estados Unidos) escanearon el cerebro de personas mientras dormían con tres métodos, incluida la tomografía por resonancia magnética, llegando a la conclusión de que en un aposento que no nos resulta familiar el hemisferio izquierdo sueña de manera más superficial.

Además, el cerebro reacciona mejor a sonidos y otros estímulos exteriores irritantes.

En declaraciones a 'The Independent', los investigadores aseguran que se trata de un mecanismo heredado de los antepasados que los humanos comparten con ballenas y delfines.

El autor principal del estudio, la profesora Yuka Sasaki, aconseja llevar consigo nuestra almohada para superar el 'efecto de la primera noche'.