¿Hay vida después de la muerte? Importantes hallazgos científicos podrían estar dando los primeros pasos para responder a una de las preguntas que más desveló a civilizaciones enteras a lo largo de la historia.

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Washington, en Seattle, reveló que algunos genes permanecen activos hasta cuatro días después de la muerte.
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© AFP 2016/ Valerie Macon

Muchos de estos 'genes zombis', como se los conoce vulgarmente, son muy importantes en situaciones de emergencia, dado que estimulan las inflamaciones activando el sistema inmunológico y contrarrestando los niveles de estrés, según señalaron los investigadores a la revista Science.

"Era un experimento para ver qué sucede cuando uno muere. Podemos aprender mucho sobre cómo funciona la vida estudiando la muerte", señaló el encargado de la investigación, el microbiólogo Peter Noble.

Lo que motivó al equipo de Noble, integrado por Alexander E. Pozhitkov, Tomislav Domazet-Loso y Brian Leroux, fue un estudio del departamento de medicina forense de la Universidad de Granada, en el que se identificó algunos genes de cadáveres humanos que permanecían activos más de 12 horas después de la muerte. Atentos a estos resultados, los investigadores decidieron trasladar el estudio a cadáveres animales de ratones y peces cebra.

Lo que encontraron fue algo sorprendente. La actividad de los genes y proteínas no solo se activaba, sino que se aceleraba después de que los procesos vitales se hubieran detenido. Y esto, en algunos casos, continuaba hasta cuatro días más.

La importancia de estas observaciones radica en que, aunque los genes zombis no pueden revertir la muerte, los científicos podrán utilizar esta información para ayudar a preservar mejor los órganos utilizados en trasplantes y para desarrollar mejores métodos en la investigación de homicidios.

Además, el estudio arrojó otros resultados asombrosos. Se pudo observar que, durante este proceso, los genes encargados del desarrollo prenatal que, según se creía, solo operaban durante la etapa del desarrollo del feto, también se activaban.

"Es asombroso que los genes del desarrollo se activen después de la muerte", dijo Noble, y aventuró que, posiblemente, esto se deba a que el estado de un cuerpo que acaba de morir tiene similitudes a los que están en etapa embrionaria.

Además, los investigadores descubrieron que algunos de los genes que promueven el desarrollo de varios tipos de cáncer se activan al momento de la muerte. Esto podría servir para entender por qué en algunos casos el trasplante de órganos de personas recientemente fallecidas puede conducir a la aparición de tumores, explicaron los expertos.

Aunque falte mucho por explorar, el avance que el equipo de científicos dio en esta dirección deja a la humanidad más cerca de entender qué sucede en la dimensión desconocida que separa la vida y la muerte.