Más de 2.800 militares, entre ellos varios oficiales de alto rango, han sido detenidos por su relación con el intento de golpe de Estado en Turquía, en el que han muerto 265 personas, entre ellas 104 presuntos golpistas y 47 civiles, según ha informado el entorno del presidente Recep Tayyip Erdogan. El Gobierno ha dado por sofocado el alzamiento, fracasado fundamentalmente por la resistencia de la población en las calles. Aún no está claro quién está detrás de la intentona de golpe, que ha dejado también 1.440 heridos. Pero la inestabilidad permanece en las principales ciudades del país, la capital, Ankara, y Estambul. El Gobierno ha llamado a sus seguidores a que continúen en la calle para evitar nuevas intentonas golpistas.

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© ADEM ALTAN AFPEl interior del Parlamento de Turquía, en Ankara, bombardeado por los presuntos golpistas

Además, 2.745 jueces han sido destituidos este sábado en todo el país por la Junta Superior de Jueces y Fiscales, según informa la agencia de noticias pro gubernamental Anadolu y el canal de televisión NTV News. Además, se ha emitido una orden de detención contra nueve jueces del Tribunal Supremo, una decisión que se ha tomado después de la reunión celebrada para discutir las medidas disciplinarias contra los sospechosos de tener vínculos con el intento de golpe. Un alzamiento que todavía no se ha atribuido ningún grupo, pero del que el presidente Erdogan responsabiliza a su antiguo aliado y ahora enemigo Fethullah Gülen (autoexiliado en Estados Unidos) y a su cofradía islámica, a los que el mandatario lleva años acusando de haber creado una "estructura paralela" dentro del Estado con el objetivo de derribarle.

Este sábado, en una manifestación en Estambul, el presidente turco ha clamado contra Gülen y ha pedido a Estados Unidos la extradición del predicador, al que ha denominado "la cabeza del terror". Poco antes había sido el primer ministro, Binali Yildirim, quien ha criticado a EE EUU por albergar a Gülen, que vive desde 1999 Pennsylvania. Un país que acoge al "líder del Estado paralelo" no puede ser un amigo de Turquía, ha dicho Yildirim, que ha asegurado que Turquía ha pedido "hace tiempo" la extradición del predicador turco.

Gülen, en un comunicado, ha rechazado cualquier sugerencia a sus vínculos con los hechos y ha condenado "en los términos más enérgicos, el intento de golpe de Estado militar en Turquía".

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha pedido a Turquía las pruebas "válidas y sólidas" de la participación de Gülen en el intento de golpe y ha precisado desde Luxemburgo, donde se encuentra de viaje, que Washington no ha recibido ninguna petición de extradición para él.

Entre los más de 2.800 militares detenidos hay varios oficiales de alto rango, entre ellos el comandante de la tercera armada, Erdal Ozturk, por su presunta participación en el intento de golpe, en el que han muerto 265 personas —entre ellas 104 presuntos golpistas y 47 civiles— y han resultado heridas casi 1.500 personas, según ha informado el entorno del presidente Recep Tayyip Erdogan. El Gobierno ha dado por sofocado el alzamiento, fracasado fundamentalmente por la resistencia de la población en las calles.

Mientras se seguían produciendo detenciones de militares supuestamente relacionados con el alzamiento, un helicóptero turco con ocho personas a bordo —ocho militares, presumiblemente golpistas— ha aterrizado a mediodía de este sábado en el aeropuerto de la ciudad griega de Alexandroupolis, donde han solicitado asilo político. Las autoridades militares griegas planean devolver inmediatamente el aparato a Turquía mientras se procede a estudiar las solicitudes de asilo político de los huidos, según la agencia oficial de noticias griega.

Este sábado, cuando numerosos ciudadanos todavía están en las calles, Erdogan ha enviado un mensaje de texto a todos los móviles turcos —"Levántate por la democracia", rezaba—, animando a la población a seguir movilizándose contra el alzamiento.

El presidente compareció esta madrugada ante los medios y, después, ante los miles de ciudadanos congregados en el aeropuerto de Estambul, donde había aterrizado procedente de la costa, donde estaba pasando sus vacaciones. Allí, ante la multitud que le jaleaba, acusó a una "estructura paralela" de perpetrar el alzamiento, en una clara referencia a los gülenistas.

Aplastados los restos del alzamiento

Las fuerzas leales al Gobierno han peleado para aplastar los últimos restos del alzamiento que se derrumbó después de que decenas de miles de personas salieran a la calle, respondiendo a la llamada de Erdogan, que trataba así de sofocar el intento de golpe iniciado el viernes por la tarde cuando una facción del Ejército intentó tomar el poder mediante tanques y helicópteros militares.

Esta madrugada, a través de la televisión se pudo ver cómo los golpistas comenzaban a ser detenidos y los militares eran expulsados del canal de televisión estatal desde el que estaban controlando la información.

La llamada de Erdogan a la población a defender el poder "democrático" derivó en enfrentamientos a tiros en Ankara y Estambul. La agencia pro gubernamental Anadolu informó de que 17 policías de las fuerzas especiales fueron asesinados en una academia de policía en la capital. En esa misma ciudad varios tanques dispararon en las inmediaciones del Parlamento turco y un avión de combate utilizado por los golpistas fue derribado. También se escucharon bombas lanzadas desde los aviones de combate que sobrevolaron Ankara.

En el centro de Estambul seguía el descontrol mientras los tanques recorrían las calles y los simpatizantes del presidente se echaban a las calles y tomaban las principales plazas agitando banderas nacionales.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha condenado este sábado "con la mayor severidad" el intento por "derribar a un presidente y a un Gobierno electos" en Turquía, al tiempo que ha apremiado a todas las partes implicadas a respetar las reglas democráticas y la Constitución de ese país. "Cualquier cambio político debe producirse por la vía democrática, no con tanques en la calle", ha afirmado Merkel en una intervención desde la Cancillería, de regreso del Foro Asia-Europa, celebrado en Mongolia.