Esta vez, no. No es un golpe más de las fuerzas de seguridad contra las redes que se aprovechan de la desprotección de mujeres menores extranjeras, quienes, una vez en España tras ser captadas con falsas promesas de empleo, son obligadas a ejercer la prostitución. La 'operación Simpático' de la Guardia Civil ha revelado que en el submundo de la pederastia y el proxenetismo también existen redes que explotan a menores nacionales, que, tras ser fichadas a las puerta de sus propias casas, son secuestradas y terminan obligadas a convertirse en trabajadoras sexuales a destajo. Y todo, sin salir de España. El eje de esta red de explotación de niñas era Huelva-Madrid-Orense.
Operación Simpático
© Guardia CivilImágenes de la Operación Simpático.
El operativo del instituto armado se ha saldado con nueve detenidos, todos españoles, de los que cinco ya han ingresado en prisión. El 'capo' de esta red de prostitución de niñas es, según los investigadores, un conocido empresario de la construcción con inversiones en Bulgaria. Todos ellos están imputados por delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, contra la salud pública, corrupción de menores y agresión sexual.
Operación Simpático
© Guardia CivilImágenes de la Operación Simpático.

La red extendía sus tentáculos por tres provincias. La primera era Huelva. Allí, los proxenetas se encargaban de 'captar' a las adolescentes. Buscaban niñas españolas desarraigadas o con problemas familiares. El 'gancho' era que los miembros de la red tenían contacto con el entorno de las jóvenes. Las falsas promesas pasaban por ofertas de trabajo en Madrid.

La segunda base de la red de trata de niñas era la capital de España, de donde procedían la mayoría de los detenidos. Cuando las menores aceptaban la 'oferta' de los proxenetas comenzaba su pesadilla. Antes de llegar a Madrid, los explotadores les quitaban toda la documentación, el dinero y los móviles.

Empezaba así el 'secuestro' de las niñas, incapaces de contactar con el exterior. Sus captores, para someterlas totalmente, empezaban a drogarlas en pisos de Madrid. Al menos una de las víctimas también fue violada en esa fase. Cuando las menores ya apenas tenían conciencia de lo que les estaba pasando eran trasladadas a Galicia.

Allí, en un prostíbulo de la localidad orensana de Barco de Valdeorras, eran sometidas a un régimen de «verdadera esclavitud sexual», en palabras de uno de los agentes de la 'operación Simpático'.

En ese local, los agentes encontraron, oculto en una de las habitaciones del club, a un niño de tan solo ocho años. En ese prostíbulo, los guardias civiles se incautaron de buena parte del 'arsenal' de drogas que los proxenetas usaban para someter a las adolescentes. Dos domicilios más fueron allanados por los funcionarios, quienes encontraron 30.000 euros, un arma de fuego y más sustancias estupefacientes. La desarticulación de esta red solo fue posible porque una de las menores logró ocultar su móvil y avisar a sus padres.