Está es una pregunta que suelen realizar con frecuencia los docentes y los padres: ¿cómo ayudar a un niño con Síndrome de Asperger, tanto en su vida social como en la escuela?
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Para responder a esta pregunta vamos a brindar una breve y clara explicación sobre qué es el Asperger y cómo podemos ayudar a los niños y niñas afectadas, tanto en clase como en casa y en su vida personal.

¿Qué es el Síndrome de Asperger?

El Síndrome de Asperger es un trastorno neurobiológico que forma parte de un grupo de afecciones denominadas trastornos del espectro autista.

La expresión "trastornos del espectro" hace referencia a que los síntomas de cada uno de ellos pueden aparecer en diferentes combinaciones y en distintos grados de severidad: dos niños con el mismo diagnóstico, a pesar de tener en común ciertos patrones de comportamiento, pueden presentar una amplia gama de habilidades y de capacidades.

Dificultades y limitaciones causadas por este desorden neurobiológico

Los varones suelen ser quienes más presentan este trastorno y suelen ser diagnosticados entre los 3 a 9 años de edad. Las características principales pueden mencionarse en cuatro grandes áreas, cada una presenta debilidades, pero también fortalezas. Veamos:

1. Relaciones sociales

Dificultad para comprender las reglas de interacción social, no suele compartir sus sentimientos, preocupaciones y se le dificultad desarrollar la empatía. Su fortaleza: Suelen mostrarse como personas sinceras, objetivas, nobles, fieles y leales.

2. Comunicación y lenguaje

Dificultad para iniciar y mantener una conversación, las frases son breves y literales, en ocasiones pareciendo groseros, y les cuesta demasiado conectar con el interlocutor. Su fortaleza: Poseen un amplio vocabulario técnico, disfrutan de los juegos de palabras y poseen, en ocasiones, grandes capacidades memorísticas.

3. Flexibilidad mental e imaginación

Dificultad para ser flexibles o relajados, se preocupan por cosas inusuales al punto de obsesionarse, suelen ser repetitivos en un tema y tienden a ser perfeccionista. Fortaleza: Se hacen expertos en lo que le agrada, son investigadores por excelencia y se muestran muy fieles a sus áreas de interés.

4. Coordinación y motora fina

Se presenta retraso motor y torpeza.

5. Otras áreas que pueden presentar particularidades

Sensibilidad inusual a estímulos sensoriales (la luz, sonidos, texturas).

Consejos para ayudar a un niño con Asperger

A continuación vamos a conocer una serie de recomendaciones enfocadas a ayudar al niño con Síndrome de Asperger en áreas que más usualmente se presentan dificultades dentro del centro educativo: las relaciones sociales y el trabajo en el aula.

1. Niños con Asperger y relaciones sociales

Se le debe enseñar explícitamente todos aquellos aspectos que la mayoría de personas aprenden intuitivamente. Las relaciones sociales son fundamentales para que estos niños pueden desarrollar sus capacidades y su vida en comunidad.

Aquí tienes varias recomendaciones, observaciones y consejos para dar soporte en este ámbito.
  • Saludar: ¿Cómo utilizar el tono adecuado? ¿A qué hay que prestar atención? ¿Qué expresión gestual utilizar? Este tipo de habilidades pueden enseñarse mediante dramatizaciones donde se acentúe los códigos que debe adquirir.
  • Entablar una conversación: Cómo cederle el turno a la otra persona, cuándo es su turno de conversar finalizar una conversación, cómo saber si la otra persona está interesada. Qué temas pueden relacionarse con la conversación y cuáles no son propicios. Se puede utilizar un objeto o señal que les permita ir orientando las intervenciones en la conversación, así como programas televisivos.
  • Mantener una conversación: Se les debe enseñar a determinar cuándo alguien está bromeando, utiliza metáforas, y qué decir en ese momento, detectar cómo se siente la otra persona ante una determinada expresión o reacción, y qué hacer al respecto, cómo diferenciar si alguien hace algo a propósito (no por accidente) y cómo debe responder. Este tipo de destrezas puede desarrollarlas con más facilidad a través de role play que les permita pensar desde el punto de vista de la otra persona. Es importante cómo estas experiencias pueden ayudarles en su vida cotidiana.
  • Lenguaje y comprensión oral: Asimismo, pueden presentar una dificultad en la comprensión del lenguaje coloquial, pues tienden a entender la comunicación de forma literal. En consecuencia, se deben utilizar frases más "exactas" (ejemplo: "tengo calor" y no "muero de calor"). Además, debemos enfatizar nuestros mensajes para que sean comprendidos, usando formas positivas en vez de negativas ("hay que permanecer sentado" mejor que "no debemos levantarnos de la silla").
  • Crear un "círculo de pares" que les ayude a sentir más seguridad para acoplarse al grupo. Para esto se requiere primero, contar con la colaboración y comprensión de las limitaciones de estas personas, delegar actividades u ocupaciones que les permita sentirse más relajados y anuentes a interactuar y, a la vez, propiciar que los pares sirvan de modelos en el aprendizaje de habilidades específicas, como por ejemplo: cómo hacer un saludo entre amigos, cómo pueden utilizar sus manos, cómo pueden colocar sus pies y su cuerpo; así como el uso de expresiones faciales acordes a la conversación o ambiente/actividad.
  • Paulatinamente puede aumentarse el grado de relación y cooperación, para ello debe trabajarse en aspectos como: la proximidad física, tolerancia, paciencia. Respetar los espacios de "retiro" es importante. Es decir, no forzarlo a mantenerse en grupo.
  • Ellos aprenden sus habilidades comunicativas por imitación (entonación, postura, actitud) sin contar con la intuición necesaria para acoplarla a un determinado ambiente. Por ejemplo, pueden hablarle a niños como si fueran adultos, porque se les enseñó a hablar para comunicarse con sus padres. En estos casos, pueden utilizarse grabaciones en que, paulatinamente, se les muestre cuál debería ser su lenguaje dependiendo de las variables. Y, además, propiciar espacios para practicarlas, puede acompañarse del "círculo de pares" para apoyarlos, procurando que ellos mismos puedan observar las áreas por mejorar. Se les puede ejemplificar casos donde se habla demasiado alto, bajo, muy rápido, lento, monótono...
  • Las reglas explicitas son vitales para orientar las actividades grupales, se debe dejar claro cuál es la finalidad del trabajo en grupo.
  • Las conversaciones deben ser claras, trasparentes, sin dobles sentidos, ironía o cualquier tipo de confusión en el sentido de la frase. Se debe trasmitir las ideas sin dejar nada "entre líneas" para que puedan entendernos. Se debe dejar sumamente claro el propósito que se desea comunicar.
  • Las explicaciones o instrucciones deben ser simples, cortas, concretas, y trasmitidas despacio. Debemos intentar llamar la atención antes de iniciar la conversación, procurar que el niño esté cerca y mencione su nombre, así disminuye las posibilidades de que se distraiga y no comprenda las explicaciones. Hay que procurar sistematizar las instrucciones de manera que se definan claramente los pasos o puntos a trasmitir. Podemos ayudarnos con claves visuales, dibujos o señales.
  • Enseñarles a detectar cuando se encuentra enfadados o frustrados para definir las conductas no permitidas y las estrategias para canalizarlas. Poseer un "protocolo de emergencias" con los pasos a seguir en caso de situaciones detonantes y disruptivas.
  • Si debemos hacerles un señalamiento por un comportamiento inadecuado, realicémoslo de forma neutral y siempre dejándoles claro cuál es la manera correcta y las consecuencias. Verifiquemos si comprendió la explicación. No insistamos en entablar contacto visual.
2. Ayudar a un niño con Asperger en la escuela

En el ámbito escolar, los niños con Síndrome de Asperger pueden presentar varias dificultades y limitaciones específicas. Es por eso que los docentes deben conocer este desorden para poder adaptar algunos criterios para ayudar a los niños con Asperger, siempre de la mano de psicólogos educativos y otros profesionales.

La misión es que estos niños se integren de la mejor forma posible en las dinámicas de clase, y que puedan seguir los cursos con los mínimos obstáculos posibles, desarrollando algunas de sus virtudes y potencialidades intelectuales. A continuación exponemos varios consejos para este fin.
  • Procuremos incorporar en su currículo académico los intereses que ha manifestado la persona y utilicemos su fijación por ese tema en diferentes áreas y asignaturas (por ejemplo, en español podemos dejar que escriba sobre naves espaciales, en matemáticas que saque las medidas de la nave espacial, etc). Cuando termine el trabajo diario, puede dedicarse a su proyecto personal.
  • Ubíquemoslo en un lugar libre de distracciones, que pueda sentir que trabaja de forma individual. Orientémoslo con respecto a los materiales que requiere para cada lección, preferiblemente elaborando una lista y colocándola en un lugar fijo y accesible. Preferiblemente, que sea un lugar fijo.
  • Establezcamos metas a corto plazo, definiendo claramente la calidad del trabajo que esperamos obtener del niño. Asimismo, informémosle sobre el tiempo que debe emplear en cada actividad, ayudándolo con un reloj destinado solo para él. Podemos utilizar incentivos como recompensa.
  • Recordemos utilizar material visual atractivo siempre (pictogramas, mapas, diagramas, uso del ordenador, horarios, listas...). Cuando el niño inicia el trabajo, establezcamos una señal (por ejemplo, un círculo verde en el pupitre y un círculo rojo cuando debe terminar).
  • Al elaborar material, introduzcamos palabras claves, símbolos o señalamientos específicos que permitirán al niño recordar la información. Cuando evaluemos su trabajo, no utilicemos preguntas abiertas. Siempre que se pueda, establezcamos preguntas cerradas que le permitan recordar la información concreta al niño y facilitémosle las palabras claves o símbolos previamente mencionados. Emplear evaluaciones orales puede facilitar la labor. Asimismo, ofrezcámosle tiempo extra para acabar sus labores o exámenes.
  • El material de trabajo debe ser ampliado, y debe indicarse claramente dónde debe colocar las respuestas o la zona de trabajo.
  • Asegurémonos de que cuenta con el material de trabajo necesario y organizado. En ocasiones conviene definir los materiales con colores que representa una determinada materia.
  • Ofrezcamos apoyo al niño con Asperger con un compañero que lo anime a terminar el trabajo, pero tratando de ayudarlo a que sea capaz de hacerse por sí solo. Es importante enfatizarle sus habilidades y logros.
  • Prestemos atención a los indicadores emocionales, intentando prevenir posibles alteraciones en su estado de ánimo. Evitemos en lo posible la crítica y el castigo, y sustituyámoslos por el refuerzo positivo, el halago y el premio.
Referencias bibliográficas:
- Dorado Moreno, M. (2005). Otra forma de mirar: memorias de un joven con síndrome de Asperger.
- Peeters, T. (2008). Autismo: de la comprensión teórica a la intervención educativa.