En algunas partes del país la tierra se movió 9 metros horizontalmente y 1,83 metros en vertical.

Tras la serie de terremotos que azotó Nueva Zelanda estas últimas dos semanas, los científicos han enviado a la zona un dron para examinar los daños que dejó a lo largo de las rupturas de la línea de las fallas de Kekerengu y Papatea.
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© Youtube / GNS Science

Las imágenes proporcionadas por los dispositivos de la compañía de investigación geocientífica GNS Science muestran la magnitud de los daños causados, y, según los investigadores, abre un período de reflexión a la luz de los últimos terremotos que sacudieron al país este martes, cuando un terremoto de magnitud de 5,6 afectó la isla Norte. La isla Sur también experimentó un sismo de 5,3 unas horas más tarde, que pudo haber sido una réplica de los temblores de la semana anterior.


De acuerdo con GNS Science, en algunas partes de la falla de Kekerengu, la tierra se movió 9 metros horizontalmente y 1,83 metros en vertical. Las imágenes de la falla de Papatea, por su parte, muestran rocas que fueron empujadas hacia arriba desde el fondo marino por el terremoto. Un levantamiento de tierra en la costa ha causado una pequeña laguna, formada entre el levantamiento rocoso y la playa. En algunos lugares, ocurrió un desplazamiento de 6 metros del fondo marino.


Entre otros daños ya registrados, figuran numerosas roturas de carreteras y vías férreas, edificios destruidos, causados por el terremoto de 7,8 que sacudió la isla Sur el 13 de noviembre a unos 93 kilómetros de la ciudad de Christchurch, dejando un saldo de dos muertos y provocando un tsunami de dos metros. Horas después un temblor menos fuerte, de magnitud 6,2, sacudió la misma isla a 39 kilómetros de la ciudad Kaikoura.