mujer embarazada
© ThinkStock
De acuerdo con Penelope Jagessar Chaffer, Directora del documental "Toxic Baby"1 y Tyrone Hayes, Ph.D., profesor de biología integrativa en la Universidad de California, hoy en día, la mujer promedio en los Estados Unidos tiene en su cuerpo entre 30 000 y 50 000 sustancias químicas que sus abuelas no tenían.

Muchas de estas sustancias químicas han sido relacionadas con la cada vez más alta incidencia de enfermedades crónicas de la infancia.

Las estadísticas revelan que nuestros niños están en grave peligro

En su charla, Chaffer cita las siguientes estadísticas, que bien hoy podrían ser más elevadas, ya que esta charla fue realizada hace seis años, en 2010:
  • En el Reino Unido, la incidencia de leucemia infantil aumentó en un 20 % en una sola generación
  • En Canadá, la prevalencia de asma aumentó en un 400 % en 20 años; 1 de cada 10 niños es diagnosticado con asma
  • En los Estados Unidos, los tipos de cáncer infantiles han aumentado de forma similar al de la leucemia infantil en el Reino Unido. El trastorno del espectro autista también ha aumentado en un 600 % en los últimos 20 años; la incidencia de autismo aumentó en un 57 % tan solo entre 2002 y 2006
  • En los Países Bajos, en Rotterdam se observó que los defectos genitales de nacimiento aumentaron en un 400 %
Asimismo, la incidencia de obesidad y diabetes juvenil ha aumentado, y mientras tanto es posible que la alimentación alta en azúcar sea la causante de esto; hay muchas razones para sospechar que las sustancias químicas disruptoras endocrinas(EDCs, por sus siglas en inglés)--muchas de los cuales entran en nuestro sistema a través de los alimentos procesados—se suman a la disfunción metabólica que observamos actualmente.

La atrazina es un típico contaminante del agua

La atrazina es el segundo herbicida frecuentemente utilizado en los Estados Unidos, y el herbicida más comúnmente encontrado en suelo, lluvia y agua potable del país. Es ampliamente utilizado para combatir la maleza en los campos de golf, céspedes residenciales y en la agricultura comercial. Por ejemplo, se utiliza en la mitad de todo el maíz cultivado en los Estados Unidos.

En 1958, se aprobó la aplicación de la atrazina, y a menudo, su amplio historial de uso se cita como "prueba" de su seguridad. Sin embargo, la historia nos dice que los productos químicos tóxicos pueden continuar utilizándose por mucho tiempo antes de tomar medidas apropiadas contra ellos.

En 2005, la Unión Europea (EU, por sus siglas en inglés) prohibió la atrazina, como sospechosa de haber incrementado los problemas de salud y daños ambientales. En Estados Unidos, el uso de atrazina no disminuyó, en gran parte debido a los poderosos esfuerzos de presión de Syngenta. En el mismo año, Syngenta gastó US$ 250 000 en cabildeo tan solo en Minnesota, para mantener las ventas de atrazina.

El involucramiento de Hayes en el tema de la atrazina comenzó cuando Novartis (que más tarde se convirtió en Syngenta) lo contrató para investigar los efectos de la atrazina en los anfibios. Su investigación demostró que la atrazina, incluso en niveles tan bajos como 0.1 parte por mil millones (ppb), causa hermafrodismo en las ranas.

Los efectos de la atrazina en las ranas podrían indicar efectos en los niños

Este químico convierte a los machos en hembras que pueden engendrar, al inducir una enzima llamada aromatasa, que causa un exceso de producción de estrógeno. Lo que fue aún más inquietante, es que produjo machos de rana con DOS conjuntos de cada órgano sexual, lo que significa dos conjuntos de testículos y dos conjuntos de ovarios.

La caja de voz en los machos de rana tampoco se desarrolló correctamente, lo que indica que la testosterona no estaba siendo producida en los niveles apropiados de desarrollo.

Normalmente, los testículos masculinos producen testosterona. La atrazina "activa" la enzima aromatasa, que convierte la testosterona en estrógeno. Como resultado, los machos de rana pierden su testosterona; básicamente son castrados químicamente, y se feminizan como resultado de la excesiva producción de estrógeno.

Las recientes pruebas han revelado que ahora el 85 % de los machos de la perca americana de boca pequeña--que se encuentra en 19 refugios de vida silvestre de los Estados unidos--tiene óvulos. Al igual que los anfibios, se sabe que la perca americana de boca pequeña es muy sensible a los contaminantes, por lo que los investigadores la utilizan como "especie indicadora" al evaluar el impacto ecológico de los contaminantes ambientales.

En el caso de la contaminación del agua causada por EDCs, la situación parece ser severa. Los menores niveles de incidencia de feminización o intersexualidad presentados en los refugios de vida silvestre comprobados fueron de 60 %. Los más altos fueron de 100%.2

Desde ranas hasta bebés

En términos generales, la investigación de Hayes plantea serias cuestiones acerca de los efectos en la salud humana. Por ejemplo, la atrazina podría estar implicada en el desarrollo de cáncer de seno, ya que muchos casos de cáncer de seno son causados por la excesiva producción de estrógenos y regulados por la enzima aromatasa.

Como señaló Hayes, la aromatasa es muy importante en el desarrollo del cáncer de seno, el medicamento anticancerígeno Letrozol funciona al bloquear la aromatasa, que a su vez bloquea la producción de estrógenos. Irónicamente, Letrozol también es producido por Syngenta, la misma empresa que nos proporcionó la atrazina.

Debería ser obvio para cualquier persona que "más vale prevenir que lamentar", pero en vez de abordar las elevadas tasas de cáncer de seno a través de prevenir la exposición a la sustancia química (atrazina) que induce la aromasa, a Syngenta se le permite obtener grandes ganancias al vender un tratamiento para bloquear la aromatasa (Letrozol).

De acuerdo con Hayes, las recientes investigaciones publicadas por un equipo internacional de científicos, incluyendolo, muestran que la atrazina causa problemas reproductivos sexuales en una amplia variedad de animales, incluyendo a los mamíferos, aves y peces, no solo los anfibios, que fue en lo que se centró su previa investigación.

Asimismo, un estudio vinculó la exposición a la atrazina en el útero con la deficiencia del desarrollo sexual en los niños jóvenes, lo cual produjo deformaciones genitales, incluyendo el microfalo (micropene).

La evidencia3,4 también sugiere que exponerse a la atrazina podría contribuir a un sin número de diferentes tipos de cáncer, específicamente el cáncer de ovario, linfoma no Hodgkin, leucemia de células pilosas y cáncer de tiroides.

Las elevadas concentraciones de atrazina en el agua potable han sido asociadas con defectos de nacimiento, incluyendo defectos abdominales, gastrosquisis (en los que los intestinos del bebé sobresalen por fuera del cuerpo del mismo) y otros.

La investigación suprimida de Syngenta que muestra los riesgos de la atrazina

En otra entrevista (enseguida), Hayes reveló que inicialmente Syngenta intentó convencerlo de manipular y tergiversar los datos. Cuando se negó, la empresa tomó represalias al negarse a concederle permiso para publicar los resultados. Tampoco se le permitió discutir los datos fuera de un panel cerrado de empleados de Syngenta.

Luego de cortar los lazos con Syngenta en 2000, obtuvo fondos independientes para repetir la investigación, que fue publicada posteriormente. Desde entonces, ha construido un sitio web educativo dedicado a informar al público sobre la atrazina.5

La Atrazina causa problemas de fertilidad

Según Hayes, la atrazina:
  • Induce cáncer de seno en las mujeres
  • Induce cáncer de próstata en los hombres
  • La fertilidad masculina se reduce hasta en un 50 %, ya que esta sustancia química produce orificios en el tejido testicular. Esto se ha presentado en peces, anfibios, reptiles y mamíferos
  • Retarda el desarrollo mamario (senos) en las mujeres
  • Induce el aborto en las hembras de roedores
De igual manera, los estudios revisados ​​por pares apoyan la noción de que la atrazina plantea una amenaza similar en los humanos.6 Los abortos espontáneos son comunes en las hembras de roedores expuestas a la atrazina.

Y cuando el aborto no ocurre, los bebés machos sobrevivientes tienen tasas más elevadas de enfermedades de la próstata--que esencialmente nacen con enfermedades que se presentan en adultos de edad avanzada--y las hembras tienen un desarrollo mamario deficiente.

Cuando los sobrevivientes se reproducen, la siguiente generación sufre un menor crecimiento y desarrollo debido a que la madre es incapaz de producir suficiente leche debido a un desarrollo mamario deficiente.

Si consideramos estos efectos generacionales, las personas que actualmente estamos expuestas a esta sustancia química afectamos no solo la salud de nuestros propios hijos (que les predispone a la obesidad, diabetes, cáncer de seno y más), sino también la salud de los nietos de nuestros nietos.

Estas sustancias químicas no solo cruzan la placenta, y entran en el bebé mientras todavía se encuentra en el útero, sino que también son trasmitidas a través de la leche materna. Así que cualquier sustancia a la que esté expuesta la madre, será trasmitida al bebé, incluso posteriormente al nacimiento. "De hecho, estamos contaminando a nuestros niños", dice Chaffer.

Otras sustancias químicas disruptoras del sistema endocrino

Además, Chaffer hace referencia a otras sustancias químicas disruptoras hormonales, tales como el bisfenol A (BPA), una sustancia química muy bien conocida por sus efectos estrogénicos, que incluso en algún momento fue considerada para utilizarse en la terapia de reemplazo de hormonas sintéticas. A pesar de esto, y de la investigación que muestra que se filtra del plástico, el BPA se utilizó en biberones de plástico duro y vasitos para bebés.

En 2010, la EU prohibió el BPA en productos para bebés como estos, al reconocer que dosificar a los niños con estrógeno es una mala idea. Aproximadamente en el mismo período de tiempo, Canadá declaró al BPA como una sustancia tóxica y también ha prohibido su uso en productos para bebés.

Finalmente, los Estados Unidos siguió su ejemplo en 2012, al prohibir el uso de BPA en biberones y vasitos para bebés.7 Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) reafirmó la seguridad del BPA en el año 2014, incluso cuando algo entra en contacto con esta, y se transfiere a los alimentos.8

Con base en la evidencia, es sumamente irracional concluir que este veredicto es todo menos que el resultado del cabildeo y una situación recurrente entre la FDA y la industria química.

Por lo tanto, el BPA continua siendo ampliamente utilizado en plásticos duros, bolsas de basura, recibos de papel y una amplia variedad de diferentes productos de plástico, por lo que la exposición sigue siendo generalizada. EDCs tales como BPA y bisfenol S (BPS, por sus siglas en inglés), dioxinas, organofosforados y pesticidas organoclorados, PCBs, ftalatos y otros, han sido relacionados con:9

Niveles inferiores de coeficiente intelectual y discapacidad intelectual asociada
  • Autismo
  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD)
  • Obesidad en niños y adultos
  • Cáncer de próstata y seno
  • Diabetes en adultos
  • Criptorquidia (testículos no descendidos)
  • Infertilidad masculina
  • Mortalidad asociada con niveles inferiores de testosterona
  • Disfunciones reproductivas masculinas y femeninas
  • Enfermedad cardiopulmonar
  • Desregulación inmunológica
La EPA reevalúa la atrazina

Syngenta y otros defensores de la atrazina insisten en que esta sustancia es segura por el simple hecho de que ha sido utilizada por más de 50 años e incluso la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha respaldado su seguridad.

Sin embargo, eso podría cambiar pronto. El 6 de junio de 2016, la EPA publicó una nueva evaluación de riesgos para la atrazina,10 y presenta una visión mucho más rigurosa de esta sustancia química.

No se espera que esté lista sino hasta el 2017, pero puede crear límites más estrictos de regulación e incluso posiblemente una eventual prohibición, con base en el nivel de preocupación encontrado. El "nivel de preocupación" de la EPA describe el umbral por encima del cual se espera que una sustancia química cause daño.

La evaluación de riesgos concluyó que esta sustancia química podría causar daño reproductivo en mamíferos, peces y aves, con un nivel de preocupación que fue casi 200 veces más elevado, al plantear un escenario real de mamíferos. En el caso de los peces y aves, la atrazina superó el nivel de preocupación en 62 y 22 veces, respectivamente.

Cómo protegerse de la atrazina y otro tipo de exposición a los plaguicidas

Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), más del 75 % de la población en el país tiene niveles detectables de pesticidas en su orina, a menos que sea un agricultor, su alimentación es una de las vías más probables de exposición, junto con el agua potable.11

Consumir alimentos orgánicos es una de las mejores formas de reducir su carga general de pesticidas. El mayor estudio12 de su tipo encontró que las personas que "a menudo o siempre" consumieron alimentos orgánicos tenían niveles menores a 65 % de residuos de pesticidas, en comparación con los que comían la menor cantidad de productos orgánicos.

En promedio, los productos orgánicos también tuvieron un contenido 180 veces menor de plaguicidas, que los productos convencionales.13

Si las restricciones presupuestarias de alimentos requieren que priorice, consulte la lista la Docena Sucia y compre productos orgánicos tanto como le sea posible a la hora de elegir los alimentos que se muestran como los más contaminados.

Si realiza sus compras en mercados de productores, lo cual le recomiendo encarecidamente, también puede preguntar directamente al productor acerca de su uso de pesticidas.

Es posible encontrar productos que no sean certificados orgánicos que aún podrían tener una carga de plaguicidas menor que los típicos productos convencionales, en función del productor. Así que si no puede encontrar productos orgánicos, busque un productor local que haya eliminado el uso de pesticidas (o utilice una mínima cantidad de estos productos químicos).

Filtrar el agua de la llave es Importante para reducir la exposición a la atrazina

La atrazina es el pesticida más comúnmente detectado en los suministros de agua de los Estados Unidos, por lo que recomiendo filtrar el agua de la llave--tanto para beber como para bañarse. Para eliminar la atrazina, asegúrese de que el filtro este certificado para eliminarla.

Afortunadamente, ya que es una molécula orgánica relativamente grande, puede ser fácilmente filtrada por un filtro de carbono de calidad. Busque un filtro certificado por NSF International para cumplir con la Norma 53 del Instituto de Estándares Nacionales Americanos (ANSI, por sus siglas en inglés), para reducir el nivel de los compuestos orgánicos volátiles (VOCs, por sus siglas en inglés).14 Esto reducirá significativamente su exposición a la atrazina y otros pesticidas.

Por último, si sabe que ha estado expuesto a pesticidas, consuma alimentos fermentados, tales como el kimchi. Las bacterias del ácido láctico que se forman durante la fermentación del kimchi en realidad podrían ayudar a su cuerpo a descomponer los plaguicidas.

Además, hay evidencia de que el antioxidante licopeno, que se encuentra en la sandía, tomates, pimientos rojos y más, podría proteger contra algunos de los efectos tóxicos de la atrazina.15

Otros consejos para limitar la exposición a sustancias químicas tóxicas

Si bien es prácticamente imposible evitar toda la exposición a sustancias químicas, probablemente su alimentación, cuidado personal y los típicos productos de uso doméstico representan el riesgo más inmediato para su salud y la de su familia. Esto es particularmente cierto cuando se trata de sustancias químicas disruptoras hormonales.16

Para limitar su exposición a EDCs, tenga presente las siguientes directrices cuando compre productos alimenticios, para el cuidado personal y el hogar.
  • Evite consumir comida rápida y productos procesados. Consuma una alimentación enfocada en alimentos enteros cultivados localmente, idealmente orgánicos, cocinados desde cero, lo que limitará significativamente su exposición no solo a ftalatos y BPA, sino también a una amplia variedad de diferentes sustancias químicas, incluyendo aditivos alimenticios sintéticos y pesticidas.
  • Utilice productos de limpieza naturales o elabore los suyos. Además de los ftalatos, evite los que contienen 2-butoxietanol (EGBE, por sus siglas en inglés) y metoxidiglicol (DEGME, por sus siglas en inglés)--dos tóxicos éteres de glicol que pueden comprometer su fertilidad y causar daño fetal.
  • Compre productos que se encuentren en botellas de vidrio, en vez de plástico o latas; tenga en consideración que incluso los plásticos "libres de BPAs" suelen filtrar otros EDCs que son tan perjudiciales como BPAs.
  • Cambie a productos de tocador orgánicos, incluyendo el champú, pasta dental, antitranspirantes y cosméticos.
La base de datos Skin Deep del Grupo de Trabajo Ambiental (EWG, por sus siglas en inglés)17 puede ayudarle a encontrar productos para el cuidado personal que están libres de ftalatos y otras sustancias químicas potencialmente peligrosas.
  • Almacene sus alimentos y bebidas en vidrio en vez de plástico, y evite utilizar de envolturas de plástico, ya que también contienen ftalatos que pueden filtrarse en sus alimentos (especialmente si calienta en el microondas alimentos envueltos en plástico).
  • Reemplace su cortina de vinilo de la regadera por una de tela o puertas de vidrio.
  • Utilice biberones y botellas para beber de vidrio.
  • Reemplace los productos de higiene femenina (tampones y toallas sanitarias) por alternativas más seguras.
  • Filtre el agua de la llave tanto la que utiliza para beber como para bañarse. Si solo puede costear una de las dos, filtrar el agua de la regadera podría ser más importante, ya que su piel absorbe contaminantes.
En virtud de la Ley de Agua Potable Segura de 1974, la EPA estableció un nivel máximo de contaminantes (MCL, por sus siglas en inglés) para DEHP de 0.006 mg/dL, o 6 ppb.18

Tenga en consideración que la Ley de Agua Potable Segura regula los niveles de DEHP solo para los suministros públicos de agua, no para el agua potable.

Además, filtrar el agua es importante limitar la exposición a la atrazina y sustancias químicas fluoradas para extinguir incendios,19 las cuales son típicos contaminantes del agua potable en los Estados Unidos.
  • Busque productos sin fragancia. Una fragancia artificial puede contener decenas de productos químicos potencialmente tóxicos, incluyendo ftalatos.
  • Evite utilizar suavizantes de telas y hojas para secadora, que contienen una mezcla de productos químicos y fragancias sintéticas.
  • Si su hogar tiene tuberías de PVC, es posible que tenga filtración de DEHPs en su suministro de agua. Si tiene tubería de PVC instalada antes del año 1977, definitivamente deberá cambiarla por un nuevo material.
Esta tubería de PVC de "era temprana" puede filtrar en su agua un compuesto cancerígeno llamado cloruro de vinilo monómero. Las alternativas al PVC para tuberías de agua incluyen al hierro dúctil, polietileno de alta densidad, concreto, cobre y polietileno reticulado (PEX, por sus siglas en inglés).20
  • Considere la posibilidad de reemplazar sus pisos de vinilo por un material "más ecológico".
  • También, evite los pisos de plásticos blandos y flexibles, como los suelos acolchados para niños (a menudo utilizados en guarderías y jardines de niños), ya que hay una gran posibilidad de que estén hechos de PVC que contenga ftalatos.
  • Lea las etiquetas y evite cualquier cosa que contenga ftalatos. Además de DEHP, también vea si contienen DBP (ftalato de di-n-butilo), DEP (ftalato de dietilo), BzBP (ftalato de bencilo butilo) y DMP (ftalato de dimetilo).
  • También, sea cuidadoso de cualquier cosa que enliste una "fragancia," que a menudo incluye ftalatos.
  • Asegúrese de que los juguetes de su bebé no contengan BPA, tales como chupones, anillos de dentición y cualquier objeto que es posible que su hijo sea propenso a chupar o masticar--incluso libros, que a menudo están plastificados. Es recomendable evitar todas las variedades plásticas, especialmente las que son flexibles.