Autoridades de inteligencia de EEUU están solicitando ayuda al sector privado para desarrollar un método de identificación de organismos que hayan sido genéticamente modificados para dañar la seguridad nacional, la salud pública o la producción agrícola, anunció en un comunicado una agencia federal.
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La "IARPA (siglas en inglés de Actividad de Proyectos de Investigación Avanzados de Inteligencia) está interesada en instrumentos y métodos que se puedan usar para detectar evidencia de manipulaciones del genoma de organismos biológicos, virus incluidos", dice el comunicado.
El pedido no llega a ser una solicitud de propuestas formales, pero indica en cambio que la IARPA quiere que el sector privado la asesore mientras comienza a explorar tecnologías que puedan detectar organizaciones que han realizado alteraciones o modificaciones para dañar la salud, los cultivos o afectar de cualquier otra forma la seguridad de EEUU.
"La capacidad de detección ayudará a proteger de posibles resultados indeseados de la manipulación genómica y a expedir respuestas apropiadas para mitigar la liberación no autorizada de organismos modificados", añade el texto.
Los métodos de detección deben distinguir entre los procesos de modificación genética naturales y las alteraciones creadas por la intervención humana, observa la IARPA.
La IARPA es una agencia que funciona dentro de la oficina del Director Nacional de Inteligencia y está dedicada a investigar nuevas tecnologías opacas.
Comentario: El problema con pedir asesoría al sector privado es que esto sería como pedir al lobo que cuide a las ovejas. La realidad es que las mayores manipulaciones genéticas han sido llevadas a cabo por el sector privado de las industrias agropecuarias y farmacéuticas y, de hecho, representan una amenaza para la seguridad nacional de EEUU y el mundo. Claramente, no podemos esperar que estas mismas empresas admitan que están causando un daño inmenso en la salud humana y del planeta, ya que sus ganancias dependen de mantener oculta esta información. Por ende, esto más bien parece un intento de encontrar chivos expiatorios a quienes castigar, desviando la atención de los verdaderos responsables de la manipulación de organismos biológicos que ya han sido liberados al medio ambiente y están siendo consumidos por animales y humanos.
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